Nicolás Salmerón. La dignidad
viernes, julio 28, 2006
Wenley Palacios

salmeron.jpg     Nicolás Salmerón Alonso (1.838-1.908), almeriense, Catedrático de Historia Universal y de Metafísica, ostentó la Presidencia del Consejo de Ministros durante dos meses y medio en 1.893. En el Cementerio Civil de Madrid, en su lápida, queda reflejado un hecho ejemplar. “Prefirió dimitir antes de firmar una pena de muerte”. Solo era un requisito formal, pero Salmerón, no hacía pactos en contra de su conciencia krausista. La dignidad nos permite mirarnos al espejo y no tener vergüenza por ser inconsecuentes con nosotros mismos.

     Han pasado 130 años y una descarada bajeza se ha instaurado en cierto anasagasti.jpgsector de la vida política, que tan extraños compañeros de cama hace. El martes pasado, en el Club Siglo XXI, Anasagasti, bocero del tandem Arzalluz-Ibarretxe, para que nadie se lleve engaño, dijo: “Se acepta el Plan de Ibarretxe o declararemos la independencia”. Llevan más de 25 años mintiendo, condenando a ETA con dobles palabras, a la que ahora protegen con descaro, a través de su entramado batasuno. Ha costado mucho tener el valor de identificar a éstos con ETA ¿Cuanto se tardará en hacer lo mismo con los que recogen las nueces del árbol que mueven los terroristas?.

     En Cataluña ha surgido otro pigmeo moral, que se encara al resto de España. “No han entendido nada, no comprenden que Cataluña es un país diferente”. ¡Eso decía Franco de España!. Hay pueblos, pequeñas aldeas, barrios, calles, que también son diferentes, tienen sus señas de identidad propias y no por eso pretenden la independencia. Carod-Rovira, profesor de Filología Catalana y militante desde joven de grupúsculos de extrema izquierda, se ha ubicado en ERC Está como una gogó de discoteca, todos quieren bailar con él, ha conseguido 23 escaños en las últimas elecciones y es la pareja necesaria para el PSOE carod.jpgo para CIU, a fin de formar gobierno con mayoria suficiente. Él predica: lo primero son los programas. Pero solo es un pragmático, que ha lanzado la idea de la “equidistancia” entre los dos grandes partidos catalanes para recoger los votos de castigo y de los descontentos de ambos. Sobre una base demagógica, quiere ser independiente como Luxemburgo, un paraíso fiscal; y enarbola el eslogan de los vencidos: “todos juntos contra la mayoría de España, que representa el PP”. Con socialistas y nacionalistas, él, equidistante, se convierte en el palo de las vinagreras, el posible Presidente de la Generalitat. Tanto programa solo es una excusa para tocar poder y coche oficial, porque no es tonto y sabe que su prédica no tiene consistencia. Al menos Carod-Rovira, no dispone de pistoleros, como Arzalluz, que, para sucesor, prefiere a Egibar, por su buena relación y dialogo frecuente con ETA.

     Europa, con 25 naciones y quinientos millones de habitantes, a cuyas puertas aún llaman otros, ya tiene bastante con ordenarlos. Entre sus fronteras se contonean demasiados paraísos fiscales, Mónaco, Gibraltar, las Islas del Canal, entre otros, a más de la enorme Suiza. No necesita, ni quiere, otro Luxemburgo.

     La Constitución Española cumple estos días 25 años y “se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles (artículo 2), teniendo las Fuerzas Armadas la misión de defender la integridad territorial del país (8), defensa que, como derecho y deber, corresponde a todos los españoles (30), estando todos los ciudadanos y los poderes públicos sujetos a la Constitución (9)”. Nadie puede olvidar estos mandatos sin derogar o modificar la Constitución, para lo que se necesitan tres quintos de Diputados y Senadores y el referendo de todos los españoles (167 y 168). La tarea de España no está en volver a los Reinos de Taifas, como quieren los cavernícolas de la independencia sino en aprobar, junto con los demás miembros de la Unidad Europea, su nueva Constitución.

     Los proyectos independentistas, no tienen arzallus.jpgninguna posibilidad ni en España, ni en Europa. El Sr. Arzalluz y el Sr. Carod-Ro  vira no se dan cuenta de no representar nada en Europa. Les falta la perspectiva de la realidad y éticamente un largo camino para que al final de sus vidas pueda ponerse sobre sus lápidas una leyenda ejemplar, como la que ilustra la tumba de Nicolás Salmerón. Están vendiendo su dignidad por tener poco más que coche oficial.

30 de noviembre de 2.003 , Diario "El Mediterraneo".

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