“Las embarazadas piden reserva en los colegios privados para sus hijos”. Al día siguiente cambia el titular: “La mejor educación es la de la escuela pública”. Los padres de familia de Castellón, están muy preocupados con la nueva Ley de Educación, la L.O.E. Es una reedición a peor de la L.O.G.S.E. y la eliminación de la Ley de Calidad de la Enseñanza del P.P. Los alumnos pasarán de curso con tres suspensos. Si un año y el siguiente las suspenden todas, también pasarán. No se podrá elegir colegio, ni se garantiza formación religiosa y moral con arreglo a las convicciones de los padres. Es un servicio que presta el Estado y los colegios privados tienden a desaparecer. En la actualidad hay un 25% de fracaso escolar, uno de cada cuatro alumnos no termina la enseñanza obligatoria. 
Es el índice más alto de Europa y, en adelante, se verá multiplicado. Desaparece el esfuerzo en los estudios, la capacidad del mejor dotado, la calidad de la enseñanza, porque el Gobierno se empeña en que seamos todos iguales, por abajo. Al que sobresale le cortan los pies o la cabeza ¡todos iguales! Así se elimina la libertad. Le tienen horror, porque quien es libre no se deja manipular, en especial, si tiene una educación de calidad.
Han criticado la dictadura que imponía en la escuela la asignatura de “Formación del Espíritu Nacional”, que, con la gimnasia y la religión, eran conocidas como las Tres Marías. La verdad es que
se aprobaban sin más. La L.O.E. impone como obligatoria la asignatura “Educación para la Ciudadanía”, donde implantarán las ideas que elija cada Autonomía, porque habrá diecisiete sistemas de enseñanza. Un estudiante catalán no sabrá lo que aprende un andaluz, ni éste lo que un gallego, ni un murciano.
Eliminan la religión, la intervención de los padres, de las asociaciones y de los colegios privados, para que no influyan en la formación de los jóvenes. Quieren destruir las enseñanzas básicas de la cultura occidental y sustituirlas por ideas progresistas, es decir, marxistas. Nadie dice hoy en día que la religión es el opio del pueblo, pero se la enclaustra, con esa muletilla de que pertenece a lo privado. Quieren convencernos que hablar de religión no es políticamente correcto.
En Egipto hace cinco mil años, el padre enseñaba su oficio al hijo. No había escuelas. Aprender a leer, escribir, matemáticas, geografía, expresión escrita y oral y moral era privilegio de hijos de nobles y escribas. Esa estructura social ha permanecido a través de los siglos. Junto al analfabetismo de las gentes de la Edad Media, solo en los monasterios florecía la cultura. Allí se copiaban códices, gracias a los cuales el saber se fue transmitiendo hasta la aparición de la imprenta, que lo hizo asequible. 
El poderoso nunca ha querido que el pueblo llano sepa leer y escribir. Resultaba peligroso que ciertas ideas las entendiera todo el mundo y en esas estamos aún. La auténtica manera de dominar al pueblo con una dictadura clásica, o al estilo del PRI mejicano, o del sistema bolivariano de Chávez, e s hacer que la gente no piense. Al que piensa se le persigue, arrincona, denuesta, insulta, porque no hace lo políticamente correcto. La nueva L.O.E., contra la cual se han recogido tres millones y medio de firmas y una masa multitudinaria se manifestó el otro día en Madrid, pretende hacernos ciudadanos de clase ínfima, todos con un patrón de conocimientos mínimos, sin religión, sin moral, sin estímulos para luchar y avanzar en la vida. Darán pan, mucha tele, mucho fútbol y ellos podrán continuar haciendo lo que quieran. Para ser Ministro, salvo Solbes, no hace falta estar preparado, ni tan siquiera ser universitario, ni bachiller. Necesitan perpetuarse en la política porque no tienen profesión a la que volver y vivir de ella. Ahí están ¡agarrados al sillón! desde el que quieren ver a los ciudadanos allá abajo, adocenados, encandilados ante la caja tonta que les dirá lo que han de votar. Nadie a la hora de votar será libre ¡lo habrán manipulado!
15 de noviembre del 2005, Diario "El Mediterraneo".