Buenas noches y buena suerte
lunes, julio 31, 2006
Wenley Palacios

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     En el Videoclub de Paula, en Benicasim, encontré la tercera película dirigida por George Clooney, el galán transformado en excelente guionista y director de cine. Cuenta la lucha desigual, como suele suceder siempre que se defiende la libertad, entre el programa de televisión de la CBS que presentaba Edward R. Murrow, interpretado por David Straithairn, y la caza de brujas emprendida por un Comité del Senado de E.E.U.U. Con fotografía en blanco y negro, el ambiente de los años 50 está plenamente conseguido, envuelto en los blues que canta Diane Reeves, ganadora de un Grammy. El presentador de la CBS dice:

     “El senador (McCarthy) se preguntaba de qué carne se alimenta este nuestro César.Si hubiera leído tres líneas más arriba en el César de Shakespeare, habría visto esta frase que no es del todo inapropiada la culpa querido Bruto no es de nuestras estrellas. Nadie que conozca la historia de este país puede negar la utilidad de los Comités del Congreso, es necesario investigar antes de legislar, pero la línea entre la investigación y la persecución es muy difusa. El senador de Wisconsin la ha traspasado a menudo. No debemos confundir la disensión con la deslealtad, ni tampoco podemos olvidar que acusar no es demostrar y que una sentencia depende de las pruebas y del debido proceso judicial. No vamos a tener miedo los unos de los otros, no vamos a entrar por miedo en una época de sinrazón. Si nos afianzamos en nuestra historia y nuestra democracia y recordamos que no descendemos de hombres cobardes, hombres que tuvieran miedo a escribir, a asociarse, a hablar y a defender en su tiempo las causas que fueron impopulares. No es momento para que los que se oponen a los métodos del senador McCarthy guarden silencio o para los que los aprueben. Podemos negar nuestra herencia y nuestra historia, pero no podemos rehuir de nuestras responsabilidades. Nos proclamamos, porque lo somos, defensores de la libertad en el mundo donde quiera que exista, pero no podemos defender la libertad ajena olvidándonos de la propia. Los actos del senador de Wisconsin han causado alarma y revuelo en nuestros aliados extranjeros y han proporcionado viento a nuestros enemigos ¿Y de quién es la culpa? Nuestra, él no ha creado este estado de terror, solo lo ha explotado y con bastante éxito. Casio tenía razón la culpa querido Bruto no es de nuestras estrellas sino de nosotros mismos”. Como en cada programa se despide con su famoso: “Buenas noches y buena suerte”.

     Aquella caza de brujas acabó, pero dejando marcados a Arthur Miller, Orson Welles, Charles Chaplin y otros muchos. Elia Kazan tuvo miedo y delató a compañeros. Su maestría se ha reconocido, pero la delación nunca ha sido olvidada, cuando recibió el Oscar en 1999, los asistentes a la entrega de los premios no aplaudieron. Continuamente hay “cazas de brujas” en una u otra parte del mundo. Defender la libertad en cada momento es obligación de cada uno. Cejar de esa obligación nos avoca a perderla y una vez la libertad es cercenada por el poder –y todos los poderes tienden a ello- es muy costoso recuperarla. Nada vale un ápice si no tenemos libertad, porque sin ella no es posible defender la familia, la tierra, la patria, ninguno de nuestros derechos esenciales. Ni tan siquiera el honor. Ni la vida.

6 de junio del 2006, Diario "El Mediterráneo".

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