Don Eduardo-Wenley Palacios Carreras, titular del BUFETE WENLEY PALACIOS, es Abogado-Economista por la Universidad de Deusto, y tras una corta estancia en Middel Temple, el barrio londinense de los abogados, en 1958 se dio de alta en el Colegio Profesional de Castellón, habiendo pertenecido también a los de Valencia, Barcelona y Madrid. En su Bufete ubicado en Castellón, se ha rodeado siempre de una buena biblioteca, hasta que en el último traslado, la sustituyó casi totalmente por Internet y los servicios informáticos actuales. Enamorado de la libertad dice que sin ella no se puede conseguir nada, ni ejercer ninguno de los otros derechos fundamentales. Ha sido siempre independiente, incluso en la época que era abogado de los dos grandes bancos. Cuando quisieron convertirlo en un seudo empleado, renunció.

- ¿Cómo enfoca cada uno de sus casos?

- Lo primero es recoger la máxima información, que el cliente no suele dar, por creer que hay datos que no son importantes. Procuro encontrar qué hay debajo de la historia que me cuentan. Recojo toda la documentación posible y la ordeno por fechas, los papeles puestos en orden “hablan”. Y no me preocupa ganar los casos, porque con las sentencias ganadas a veces no se consigue nada. Es más importante solucionar el problema del cliente, lo que, a veces se logra con el pleito perdido o incluso cuando está ejecutándose. Controlar la ejecución de los embargos a un cliente es muy importante, porque, ejerciendo los debidos derechos, se puede salvar muchas cosas.

- ¿Es Ud. buen negociador o rehuye las transacciones?

- Procuro, siempre, llegar a un acuerdo con la parte contraria, pero los Letrados sabemos que los clientes, tanto una parte como la otra, necesitan que trascurra un tiempo, para que rebajen sus pretensiones y ayudarles a encontrar un punto común en el trayecto que les separa. En otras ocasiones es necesario ir hasta el final y conseguir una sentencia.

- ¿Cuál es su especialidad?

- Los abogados que vamos a los Tribunales debemos especializarnos en Derecho Procesal. Especialmente en saber elegir qué acciones y excepciones debemos plantear para la defensa de los derechos del cliente. No tengo más secretos que trabajar 25 horas al día, 8 días a la semana y 32 días cada mes. Es una regla que impongo a todos los que trabajan y han trabajado en mi Bufete. No me asusta enfrentarme con un Catedrático, normalmente me crean más problemas los abogados jóvenes, que disponen de mucho tiempo que dedicar a la defensa de su cliente.

- ¿Acuden a Ud. todo tipo de clientes?

- Si, nunca he preguntado a un cliente qué religión tiene, a quién vota, ni si tiene dinero. A los que no tienen, no por eso les niego mis servicios. He trabajado en asuntos puntuales para la CNT, Comisiones Obreras, la UGT y otros Sindicatos. A veces, he podido cobrar mis honorarios del contrario; en otras ocasiones, me he dado por bien pagado por la confianza depositada. A lo largo de estos años he llevado toda clase de asuntos. Ahora con 76 años, la gente me atribuye cierta experiencia y, por el hecho de no asustarme los números, me encargan asuntos ya empezados o con sentencia firme perdida, para que busque la manera de levantar esos “muertos”. Es un trabajo duro. Pero satisfactorio, a veces, logras resucitar alguno de ellos. En general, no rechazo ningún asunto, pero decido cómo enfocarlo y hasta donde llega el derecho de mi cliente.

- ¿Qué objetivos tiene?

- A corto y largo plazo, continuar como hasta ahora, ejercer hasta el final. Hace tiempo un Notario amigo me dijo: te morirás con el Código Civil en la boca. Pues no estaría mal.

- ¿A qué dedica su tiempo libre?

- A la defensa de la libertad y la democracia. Participo en dos programas semanales en Televisión de Castellón, escribo artículos y tengo un blog: www.wenley.net.

- ¿Cómo ve el futuro de la abogacía? ¿Haría alguna sugerencia a la Administración?

El mundo de la justicia en España está en mantillas, aunque cada vez se dispone de más medios. La última reforma de la Ley de Enjuiciamiento es un retoque de la de 1881, que, a su vez, recogía procedimientos judiciales de siglos atrás. Los Abogados españoles son buenos, los Jueces están preparados y son trabajadores, pero la Justicia es lenta porque vive inmersa en un montón de papeles y trámites, inútiles muchos de ellos, que exigen los brazos y la mente de muchas personas que auxilien al Juez. Cambiar el sistema es muy sencillo, no hay nada más que ver lo que hacen otros países, Inglaterra, Francia, Alemania, Norteamérica. Es cuestión de copiar cualquiera de ellos y eliminar lo superfluo. Estos países con más habitantes, tienen menos Jueces y la justicia es más rápida. La razón está en los procedimientos, los nuestros son increíblemente viejos.

6 de Febrero de 2007, "La Razón"-"Avance Empresarial".