El libro que más me ha impresionado en los últimos años es "Jesús. Aproximación Histórica" de José Antonio Pagola, madrileño de 70 años, teólogo por la Universidad Gregoriana y licenciado en Sagradas Escrituras por Instituto Público, también de Roma, y la Escuela Bíblica de Jerusalén. Ha sido vicario de la Diócesis de San Sebastián y Director de su Seminario. Hoy vive retirado en un pequeño convento. Entre septiembre del año pasado y febrero se han publicado ocho ediciones. Tres o cuatro teólogos han tachado de herético este libro, que como dice el Obispo de Tarazona en su carta condenatoria “se está vendiendo como rosquillas”.
Pagola, basándose en los Evangelios canónicos, en los apócrifos y en textos históricos de la época, nos muestra a Jesús en el contexto de una sociedad formada por labradores y pescadores, en su inmensa mayoría analfabetos, a los que explica cómo es el Reino de Dios. Aquellas gentes no hubieran entendido los discursos de los teólogos ni los sermones de los Obispos, era necesario hacerse entender entonces y hoy, cuando nosotros recibimos el mensaje. Les habló con palabras sencillas y con ejemplos de la vida real de clara comprensión, basándose en las cosas que eran comunes para todos. El pastor y las ovejas, el rico y los pobres, el recaudador de impuestos y las prostitutas, la viuda y los extranjeros, la tierra de labranza y las barcas de pesca, cosas que se tocan y todo el mundo puede entender.
Escandalizó a todo los que le escuchaban, porque nadie está preparado para comprender al pastor que deja su rebaño para ir en busca de la oveja que se ha perdido, con peligro que les pase algo a las demás. No entra en la mentalidad humana, que el dueño de la finca entregue un denario al que va a trabajar al amanecer a primera hora del día, al que va a mediodía e incluso el que va a última hora de la tarde; todos reciben el mismo salario. No se puede entender que se invite a un banquete a las persona más importantes del pueblo y como éstos se excusan de acudir, alegando tener otras cosas que atender, al ver que se ha quedado sin comensales, invite y haga buscar por los caminos a los más pobres, a los muy necesitados y a los harapientos, y asegure que éstos serán los primeros en entrar en el Reino de Dios.
Deja muy claro Pagola, que Jesús no habla de este mundo, sino del Reino de Dios donde todos seremos iguales. “Dios es una buena noticia, no una amenaza”. “A los pecadores que sienta en su mesa, Jesús les ofrece el perdón, envuelto de una acogida amistosa". "No hay ninguna declaración; no les absuelve de sus pecados; sencillamente los acoge como amigos". “Dios sale en busca del pecador, no como un Juez que dicta sentencia, sino como un padre que busca recuperar a sus hijos perdidos”, recibe al pecador sin imponerle condiciones. Jesús ha venido a proclamar el amor como bien supremo y como gran obligación, a negar la esclavitud, a elevar a la mujer del estado de cosa, como era considerada en el derecho judío, a persona con la misma dignidad del hombre. Jesús es un revolucionario en medio de aquella sociedad de hace 2.000 años, fundida en un paisaje de pobreza, donde sus personajes viven en la más completa ignorancia.
Pero lo que realmente se desprende del libro de Pagola no sólo es la vida de Jesús en su contexto histórico, sobre todo deja patente su mensaje, en el cual explica la auténtica forma de ser de Dios. No ese Juez temible que nos han dibujado durante siglos, sino un Ser apasionado, emborrachado de amor por los hombres que ha creado, capaz de morir en una cruz para que todos puedan alcanzar la salvación, el Reino de Dios.
Pagola, basándose en los Evangelios canónicos, en los apócrifos y en textos históricos de la época, nos muestra a Jesús en el contexto de una sociedad formada por labradores y pescadores, en su inmensa mayoría analfabetos, a los que explica cómo es el Reino de Dios. Aquellas gentes no hubieran entendido los discursos de los teólogos ni los sermones de los Obispos, era necesario hacerse entender entonces y hoy, cuando nosotros recibimos el mensaje. Les habló con palabras sencillas y con ejemplos de la vida real de clara comprensión, basándose en las cosas que eran comunes para todos. El pastor y las ovejas, el rico y los pobres, el recaudador de impuestos y las prostitutas, la viuda y los extranjeros, la tierra de labranza y las barcas de pesca, cosas que se tocan y todo el mundo puede entender.
Escandalizó a todo los que le escuchaban, porque nadie está preparado para comprender al pastor que deja su rebaño para ir en busca de la oveja que se ha perdido, con peligro que les pase algo a las demás. No entra en la mentalidad humana, que el dueño de la finca entregue un denario al que va a trabajar al amanecer a primera hora del día, al que va a mediodía e incluso el que va a última hora de la tarde; todos reciben el mismo salario. No se puede entender que se invite a un banquete a las persona más importantes del pueblo y como éstos se excusan de acudir, alegando tener otras cosas que atender, al ver que se ha quedado sin comensales, invite y haga buscar por los caminos a los más pobres, a los muy necesitados y a los harapientos, y asegure que éstos serán los primeros en entrar en el Reino de Dios.
Deja muy claro Pagola, que Jesús no habla de este mundo, sino del Reino de Dios donde todos seremos iguales. “Dios es una buena noticia, no una amenaza”. “A los pecadores que sienta en su mesa, Jesús les ofrece el perdón, envuelto de una acogida amistosa". "No hay ninguna declaración; no les absuelve de sus pecados; sencillamente los acoge como amigos". “Dios sale en busca del pecador, no como un Juez que dicta sentencia, sino como un padre que busca recuperar a sus hijos perdidos”, recibe al pecador sin imponerle condiciones. Jesús ha venido a proclamar el amor como bien supremo y como gran obligación, a negar la esclavitud, a elevar a la mujer del estado de cosa, como era considerada en el derecho judío, a persona con la misma dignidad del hombre. Jesús es un revolucionario en medio de aquella sociedad de hace 2.000 años, fundida en un paisaje de pobreza, donde sus personajes viven en la más completa ignorancia.
Pero lo que realmente se desprende del libro de Pagola no sólo es la vida de Jesús en su contexto histórico, sobre todo deja patente su mensaje, en el cual explica la auténtica forma de ser de Dios. No ese Juez temible que nos han dibujado durante siglos, sino un Ser apasionado, emborrachado de amor por los hombres que ha creado, capaz de morir en una cruz para que todos puedan alcanzar la salvación, el Reino de Dios.
3 de Junio de 2008, Diario "Mediterráneo".
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