PRIMERO DE ENERO
viernes, enero 9, 2009
Wenley Palacios

 

Me  repantingué  en mi sillón a oir y ver el Concierto de la Sinfónica de Viena. Los países occidentales y sudoccidentales, como los clasifica  Samuel Huntington fallecido el día de Nochebuena, estuvieron conectados a través de 71 canales. Además, China y Albania. Es un espectáculo de máxima audiencia como las olimpiadas. Despierta tanto interés al más variado público porque es un símbolo de la civilización occidental. La Sala Dorada del Musikverein de Viena decorada con refinado gusto, adornada con flores frescas, aparece abarrotada de gentes que acuden de todo el mundo,  luciendo sus mejores galas, si consiguieron entradas cuando se sortearon un año antes. Aunque no supo constituirse en una sola nación, Europa conservó la civilización grecorromana, gracias a su fusión con el cristianismo, y ha sabido exportarla con gran éxito a países emergentes de proporciones enormes, como Australia y todos los países de América.

 

Sin periódicos el Primero de Enero, acudo a Internet, que no descansa. Se comenta el golpe definitivo al Artículo 2 CE, que habla de la indisoluble unión de la nación. A partir de ahora las Autonomías recaudarán los impuestos y se financiarán en un 95% con ellos. Estamos a un paso, acaso el más justo, de tener cada Autonomía  un Concierto con el Estado, como vascos y navarros. Los impuestos que se pagan en nuestra comunidad serán para nosotros y daremos algo al Estado para sus gastos, el ejercito, la diplomacia y paliar desigualdades. El próximo paso puede será la transferencia total de competencias, como reclaman los Estatutos. No es preciso que sea el fin de España. Es la Federación que predicaba Maragall. Falta saber si existe un proyecto común que cohesione a todos. De no haberlo nos convertiremos  en enfrentados países balcanizados, porque no hay a la vista un programa ni un lider que nos devuelva la cordura y la unidad.

 

El día de Navidad el Nobel de Literatura  Harold Pinter, dramaturgo del absurdo,  hizo mutis por el foro y dejó caer el telón en su vida, vencido por el cáncer y la violencia del mundo, que combatió con ahínco. En herencia nos dejó el absurdo. Desde este primer día del año  la Presidencia de Europa la ostenta el checo Vàclav Klaus, conocido euroescéptico. Tenemos una pacifista mandando a nuestros pequeño ejército no combatiente. La ciudadanía está embelesada con el Mago de la Moncloa que ha hecho saltar a España en catorce pedazos, muchos renegando de la solidaridad y de nuestra lengua milenaria y común. El Mago cuando habla miente, pero a los votantes les parece que eso es cosa de la política, algo sin importancia. Los  próximos huelguistas serán los jueces que anuncian una manifestación contra sus amos, los gobernantes. Se han dado cuenta  de que no son independientes y si los jueces no son independientes no hay democracia. No hay fondos para proteger la vida de las mujeres víctimas del machismo, pero se gastan millones en modificar obras públicas necesarias para el bien general para no perturbar al aguilucho cenizo o a la mariposa myrmica. Nadie quiere que haya pena de muerte, tampoco cadena perpetua, pero están dispuestos a matar criaturas en el vientre de su madre. Debieran tenerlo de cristal, como dice Eduardo Verástegui, y verían lo que  hacen. Ha reventado la carcasa de los derechos, como alegres serpentinas de mil colores, todos quieren derechos fundamentales, ordinarios y hasta los más pequeños, pero nadie habla de deberes y la inmensa mayoría se escaquea de los que le corresponden. 

 

Ha llegado el año nuevo y la nueva España. Por ahora. Reina el absurdo. Es el futuro que nos trae el progresismo. Que sean todos muy felices.

 

13 de Enero de 2009, Diario "Mediterráneo".

 

 

 

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