Bajo el nuevo emparrado de El Palmeral cada momento se veía menos mantel. Primero llegaron dos fuentes con tomate pelado y cortado bañado en aceite de oliva de la casa, adornado con anchoas saladas y aceitunas negras. Julia hacía la mayonesa de la ensaladilla con más claras que yemas, vinagre de manzana, limón y aceite, al tacto del paladar parecía una crema. Los filetes de ternera estaban asados sobre sarmientos y pinocha seca. “¡A comer!” Unos vino y otros cerveza, se sentaron y se hizo el silencio. De postre pasteles de crema y helados a elegir, manzana verde, limón y chocolate. El café lo sirvieron bajo el algarrobo en tazas grandes con leche merengada. Fue entonces cuando Bernardino rompiendo un silencio de claurusa, dijo: “Está bien que el Madrid pague por Cristiano Ronaldo 93 millones y 65 por Kaká. Como dice Florentino, cuando se compra no hay que mirar lo que pagas, sino el beneficio que puedes obtener”.
“Van a salir del Madrid”, terció Antonio, “al menos, ocho jugadores, que costaron un pastón, han cobrado sueldos millonarios y han rendido poco. Perderán con su venta. Esos son los caros”.
“Adramóvich, dueño del Chelsea”, dijo Vicente, “también hace lo que cree bueno para su equipo y Berlusconi con el Milán y Laporta con el Barcelona. Desde el tiempo de los romanos a la plebe, eso que ZP llama la ciudadania, hay que darle pan y circo”.
“En eso estamos, pan cada vez menos, pero circo todo lo que se puede”, dijo Roberto. “Una docena de artistas de Hollywood ganan tanto o más que Ronaldo y Kaká. No digamos nada de las estrellas de la NBA, del beisbol y del rubgy americano o de los cantantes. La mayoría de los norteamericanos saben quién es Pau Gasol y sin embargo no conocen a Kaká. Todos forman parte del circo moderno”.
“Soy aficionado de sillón-bol, no me pierdo un buen partido por la tele. Me entusiamo con España, me priva el Madrid, pero no me dejo al Barcelona actual, ni al Submarino. No me inquieta si luego económicamente no les va bien. Allá sus socios o sus compromisarios”, concluyó Vicente.
“Los gobiernos están por amparar los grandes espectáculos que atraen a las masas y las alejan de otros temas. Mientras hablamos de Cristiano y sus dineros, nadie hablaba de los parados, de las cosas que realmente importan”, Bernardino, como siempre, pontificó: “A mi me preocupa el malgasto del Gobierno Español. Lo que pueda perder el Madrid, no me lo cobrarán, pero todo lo que malgasta ZP, lo pagaremos los españoles vía impuestos. Lo dice Trichet desde el Banco Europeo, Fernández Ordóñez del Banco de España, esto será una hecatombe. Nos arrastraremos por el suelo durante más de diez años, si no se toman medidas, como dice Felipe González. Pero el de la Moncloa está obsesionado con sus recetas socialistas y nos lleva a la ruina. Emite deuda, pero nadie la compra a ningún interés, la confianza en recobrar lo que nos presten empieza a ser nula. Por eso han subido los impuestos, primero la gasolina y las multas de tráfico, que tanto paga Botín, Ortega y las hermanas Koplovich como el obrero. El nuevo socialismo reparte dinero a troche y moche sin tener un duro, la deuda que crea la pagaremos por igual los de arriba y los de abajo, pero el dinero que entrega a manos llenas a los Bancos y Cajas, nunca llega al parado, ni al autonómo, ni a las pymes. Pero no hay peligro, se ha creado una masa de funcionarios, enchufados a dedo, sindicalistas y vividores del per y de la ceja, que votan socialista a piñón fijo”.
Mariana le interrumpió: “¡La merienda, horchata y fartons calentitos!”