Phi es equivalente a 1,6180339…….como demostró Luca Pacioli, a quien Leonardo D´Vinci le ilustraba algunas de sus obras sobre matemáticas. Para llegar a él se opera de esta forma: a partir de cualquier número se suma el siguiente en orden ascendente. Partiendo de 0 sería:
0+1+1+2+3+5+58+13+21+34+55+89+144+233+377+610
Así hasta el infinito. Dividiendo cualquiera de estos números por el anterior da el número Phi. Compruébelo: 233/144= 1,6180339…También 610/377= 1,6180339…
Leonardo de Pisa, conocido como Fibonacci, difundió por Europa es sistema decimal de numeración, que aprendió de los árabes cuando su padre fue cónsul en el norte de África. Él definió Phi como el Número de Oro, que a su vez cuantifica la Proporción Áurea o Divina Proporción, la más perfecta. La concha del caracol se desarrolla en base a Phi y también la distribución de los pétalos en la flor, la disposición de las piñas, la música de Debussy, el cuadro de Mona Lisa, el vuelo de los halcones y tantas otras cosas de la Naturaleza y del Arte.
Aunque no con exactitud matemática, como hacen los científicos, todos sabemos distinguir si una modelo está bien proporcionada, si el castigo que se impone a un niño rebelde es proporcionado a lo que ha hecho, si el precio pagado por Cristiano Ronaldo es proporcionado a su valía en el terreno de juego. Sergio de 14 años, acompañado de Luis de 15, apaleó a Maore, compañera de curso en Ripollet, y luego la degolló. Al ser menores de edad los internarán cinco años, como máximo, en un centro para menores. La familia de la chica cree que la pena en muy pequeña, desproporcionada a tan horribles crímenes. La ciudadanía también lo cree. Los asesinos en serie son condenados a muchos años por cada delito cometido, que sumados suelen ser unos cien años o mas, pero las crónicas ocultan que las sentencias limitan el cumplimiento de la pena a veinte, que luego se convierten en trece y pico, si no salen antes con permiso. ¡Permiso para matar! Tampoco la pena es proporcional con sus crímenes.
El Magistrado Flors del Tribunal Superior de Justicia, quiere que Camps sea juzgado, por un jurado, por el supuesto delito de cohecho impropio, es decir, por aceptar unos regalos –trajes- sin que le pidieran ni él concediera nada a cambio. El Código Penal lo castiga con una multa de, tal vez, 1350 euros. Y nada más, no cabe la condena de inhabilitación. Continuaría siendo Presidente y podría optar a la reelección, aunque resultara culpable. Él dice que pagó sus trajes y el artículo 87 de Código de Comercio entiende que las compras en establecimientos se presumen hechas al contado, salvo que se demuestre lo contrario; pero en la tienda de donde salieron los trajes llevaban contabilidad doble y falsificaban facturas. Mal lo tiene quien quiera probar que no pagó.
Se probara o no que los trajes no los pagó, es improbable que recibir regalos, como tantas autoridades los reciben, sea delito. Aun suponiendo que Capms no los pagara y que sea delito aceptarlos, tendríamos que reunir durante cierto tiempo a nueve jurados y dos suplentes, a los que hay que pagar, más un Magistrado, un Secretario, los Agentes, testigos, peritos y varios letrados. Todo ese gasto y todo el tiempo, que durará el juicio, parece desproporcionado para castigar a alguien con mil euros y pico o para absolverlo. Se ha olvidado que Juzgados y Audiencias, atascados con asuntos realmente importantes, están faltos de jueces, personal y de medios por falta de presupuesto. Qué desproporción montar ese circo para tratar de imponer un multa.
21 de julio de 2009, Diario "Mediterráneo."