Hace más de 500 años que estamos preparados para tener a una mujer como Presidenta del Gobierno, entonces gobernaba España Isabel La Católica con su esposo, “tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando”. Acabó con la invasión musulmana y, según la tradición, empeñó sus joyas para pagar el primer viaje de Colón a América, aunque la verdad es que las utilizó para conquistar Granada. Los ciudadanos no están dispuestos a seguir con otro progre zapateril en la Moncloa. Ni con pantalones, ni con faldas y a la loco. Ya está bien de esta gente que ha destruido España, paso a paso, punto a punto, con meticulosidad. La señorita Chacón, charnega por su padre pero separatista, que se promociona como candidata, no puede dirigir este país. Como Ministra de Defensa cada vez que habla nos miente. Pretende que nuestros soldados están en Afganistan poniendo tiritas y llevan toca como una enfermera, pero han muerto casi cien. Los ciudadanos están hartos de mentirosos y mentirosas. Le llamo señorita porque es un término de cortesía. Se utiliza incluso para mujeres casadas que ofrecen un servicio, secretarias, jefas de administración, ministras. Claro que para saber esto hay que leer el diccionario de la R.A.E., si no resulta vomitiva la palabra “española”.
Rodríguez Zapatero, amigo de los déspotas bolivarianos, ha sido calificado como “la puta triste de Fidel”, en palabras del Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa. Es cierto que le han premiado porque escribe en español, pero sobre todo porque escribe en defensa de la libertad. Este año los Nobel han venido con un soplo de aire fresco y limpio. El de la Paz ha recaído en un disidente encarcelado por defender los derechos humanos y pedir democracia en su patria. El chino Liu Xiaobo, que no se enteró del premio hasta unos días después, cuando se autorizó a su esposa que le visitara en la cárcel.
Los ciudadanos están hasta las mismísimas del Gobierno. Los sondeos hunden al PSOE a 13 puntos y medio de distancia del PP. Algunos de sus barones se desmarcan, como Barreda y Sánchez Vara. El día 12, se celebró la Fiesta de la Hispanidad con desfile militar, el público estaba enjaulado, a gran distancia de la tribuna para que no se oyera el tradicional abucheo a ZP, pero se oyó y de qué manera. No eran reventadores fascistas, ni jóvenes del PP, eran simples ciudadanos, la “marea naranja” que convocó a través de twitter. Allá donde van los socialistas reciben abucheos. Hace poco Corbacho en Torrelavega de los parados. Unos días antes Rubalcaba de las familias de los guardias civiles. Los ciudadanos están asustadísimos por los cinco millones de parados y un gobierno paralítico que no sabe reaccionar. No ha dictado ni una sola norma que favorezca la creación de empleo. Todo es castigar con más impuestos y más trabas a cualquiera que dirija una empresa o desee abrirla. El Gobierno no puede crear empleo ni los Sindicatos tampoco, pero han de procurar las condiciones fiscales, laborales y de todo tipo para que los empresarios empujen la industria, el comercio y creen empleo. La confianza en el Gobierno es nula, aquí y en el extranjero. En Norteamérica, donde ha ido a presumir la Srta. Salgado de lo bien que lo hacen, le han dicho que su previsión en los Presupuestos de 2.011 de aumentar el PIB un 1’3%, se quedará reducida, como mucho, a un 0’7%. Por todo eso los ciudadanos les abuchean.
Los que oyeron durante el desfile militar de la Hispanidad, aunque no iban contra él, le sentaron mal al Rey. ¿Y qué? ¡Que va a hacer! La ministra Chacón ha tenido una idea, según Rajoy, subrealista. Hacer un protocolo para ese desfile. ¿Qué van a prohibir? ¿Los abucheos? ¿Ver desfilar a nuestros soldados? Son capaces, con tal de prohibir. La libertad les produce urticaria.
19 de octubre de 2010, diario "Mediterráneo".