LA INVASIÓN DE LA DESVERGÜENZA
sábado, octubre 2, 2010
Wenley Palacios

Rodríguez Zapatero veía peligrar los Presupuestos y su poltrona, si perdía la votación en Las Cortes. Para evitarlo ha pactado con el PNV “cueste lo que cueste”, como dice. De momento 472 millones de euros. Y le ha prometido a Urkullu que, tras las próximas elecciones autonómicas, gobernará el que obtenga más votos. Es decir, el PSOE no pactará con el PP. El vasco está muy contento, olvida que eso mismo le prometió a Arthur Mas y cuando llegaron las elecciones Montilla formó un tripartito y CIU se quedó con un palmo de narices. De paso, le han dado una patada al Lehendakari López, la huella que queda en su trasero es la de su jefe ZP. 

La Ley Electoral castiga como delito pedir el voto a cambio de recompensas, regalos o dinero, y es malversación meter la mano en los dineros del Estado en beneficio propio. En las esquinas de la interpretación del derecho se ha de definir al que mete la mano en la Caja de la Seguridad Social e impide que entren 472 millones de euros, a cambio de unos votos en el Parlamento en beneficio propio, estar otro año en la Moncloa con sueldo, primas, gavelas y demás beneficios y poder repartir entre sus amigos. También el PNV, que está en la oposición –por primera vez en más de 30 años- y necesita recuperar el poder y enchufar a los suyos. ZP ha tomado por costumbre utilizar el dinero de los Presupuestos, el dinero público que es de todos los ciudadanos, para dárselo a uno o a varios grupos políticos, a cambio de obtener un resultado satisfactorio en las Cortes que impida su derrota y tener que irse a casa. 

El próximo Gobierno debe dejar claro que los pactos entre grupos políticos en que medien concesiones de dinero o de otra clase para los territorios donde gobierne el Partido Político con el que se pacta, es un delito grave. Los políticos no pueden chalanear con el dinero del Presupuesto, ni usarlo para mantenerse en el poder. Han de actuar siempre procurando el bien común, no el particular. 

De esta gente mentirosa, sin honor, que solamente busca su propio provecho, que carece de dignidad y de vergüenza, hay más. Recientemente hemos tenido una “huelga general trampa”, pactada con el Gobierno, que han convocado para disimular su descrédito Cándido Méndez e Ignacio Fernández-Toxo, que viven como burgueses de alto estanding y no les preocupan los 5.000.000 de parados, ni cómo se destruye empleo, porque los ERE les propocionan ingresos, como los cursitos a los parados. Además de cobrar del Estado. Sólo se preocupan de ellos y sus 60.000 liberados. Preocuparse por crear empleo o por el bienestar de los trabajadores, de eso, nada de nada. Dirijen dos grandes gestoras para tramitar despidos, expedientes de regulación de empleo y cosas por el estilo. La huelga ha sido un rotundo fracaso, la mayoría ha cerrado las puertas y trabajaba dentro. Otros ni tan siquiera han cerrado las puertas. Sólo los amenazados por los piquetes llamados informativos, que coaccionan y rompen lo que sea, han parado. Por la noche entraron en una cochera, rompieron 14 parabrisas y reventaron muchas ruedas; y en vista de tal violencia, los conductores no se han atrevido a salir a transportar niños. ¿Por qué hay que darle gusto a estos dos señores que solamente se preocupan de llenar su andorga en el Restaurante del Hotel Villamagna, uno de los más caros de Madrid? Esto no son sindicatos de clase, son sindicatos a las órdenes del ejecutivo que les paga y a cambio tienen controlados a los trabajadores, como hacían los sindicatos verticales del Dictador. 

De unos años a esta parte hemos sido invadidos por mentirosos, gente sin honor, sinvergüenzas, que solamente se preocupan de sus intereses particulares, y no de los intereses de los ciudadanos, del bien común. Lo único que, según Aristóteles, legitima para ostentar el poder.

5 de Octubre de 2010, Diario "Mediterráneo". 

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