FOUCHÉ TOMA EL PODER
viernes, octubre 29, 2010
Wenley Palacios

 El PSOE está hecho unos zorros, cuando ven las encuestas les entran ganas de llorar. La distancia con el PP cada vez es mayor. Al rebelde Tomás Gómez le han puesto enfrente a Trini, la niña mimada de Felipe, bajo el mando de Rubalcaba como jefe de su campaña. Han vuelto a fracasar y la rebeldía de los barones se ha hecho pública. La vieja guardia ha tomado cartas en el asunto. Leire ha sido fulminada de una patada hacía arriba y le han dado el Ministerio de Sanidad. Al frente de Ferraz, han puesto a Iglesias, aún Presidente de Aragón, personaje siniestro que viajó a Bruselas para exigir que no nos dieran 6.000 millones de euros para pagar la tercera parte del Plan Hidrológico Nacional. Han olvidado la economía, porque ven imposible cortar la sangría de parados, que la Ley de Presupuestos prevé que aumentarán el año que viene. Oímos decir bobadas al tontorrón de Blanco: “hay unos cuantos parados más, pero nunca como ahora han tenido tanta cobertura social”. Olvida que un millón de parados ya no cobra el desempleo y que en más de 300.000 familias ninguno de sus miembros recibe prestación alguna. 

La solución: han entregado todo el poder a Rubalcaba. Zapatero aguanta en la Moncloa a pesar de los deseos de Sonsoles y de su hija mayor. Tiene en la mano la Policía y la Guardia Civil, los dos únicos cuerpos armados; los servicios de inteligencia de los tres ejércitos y el CNI; y dispone del SINTEL, con el que espia a cada uno de los españoles. Por si fuera poco, tiene esa famosa camarilla de policías que elabora informes que nadie le ha pedido, todos contra personajes del PP. Luego los Jueces no hacen mucho caso de ellos, porque no son especialmente veraces, pero siempre va bien filtrarlos al periódico amigo. Es nuestro Fouché, aquel Ministro de Policia, que empezó como revolucionario, votó que decapitaran al Rey, se pasó de bando para cortar la cabeza a Robespierre y cuando vino Napoleón, en el Directorio y en el Consulado, le sirvió y luego como Emperador. Por fin, estuvo a las órdenes de la Monarquía. El revolucionario acabó siendo Duque de  Otranto. Flotaba siempre sobre las calamadides y se mantenía en el poder porque era un hombre austero, no se hacía notar y poseía una maldad sin límite. 

Rubalcaba fue el Portavoz de los últimos años del felipismo. Negaba el GAL y el robo a manos llenas de dinero público, cuando Ministros y grandes pesonajes, metían las manos en las arcas del Estado y se llevaban el dinero a casa. Este mentiroso compulsivo revivió con el 11-M. En la jornada de reflexión salió por televisión echándole la culpa del atentado al PP y acuñando la frase “España no se merece un Gobierno que le mienta”. ¡Será caradura! Se ha demostrado que Acebes no mintió nunca, pues según le llegaban las noticias las daba puntualmente. Rubalcaba organizó las concentraciones ante las sedes del PP y lo demonizó, porque es un maestro de la agitprop, agitación y propaganda, el invento de los bolcheviques, que tan bien manejaba Lenin. En eso está nuevamente. No va a reducir el número de parados, ni solucionar los problemas de la economía. Ni tan siquiera se lo propone. Pero agitará el país y nos inundará de propaganda, que en eso es maestro. Ahora están predicando el fin de ETA, a pesar de que no ha habido ningún gesto por parte de la banda que haga pensar que van a dejar las armas, ni sabemos qué va a dar a cambio.

Hay que prepararse porque va a producir montañas de propaganda falsa, de mentiras, de acusaciones a gente del PP, de “ustedes no comerán, pero acabaremos con ETA” y de otras sandeces por el estilo. A la hora de la verdad nada de nada, porque Rubalcada y los que le rodean son más falsos que un duro sevillano, aquellos que nuestros abuelos hacían botar sobre un mármol para comprobar con su sonido si eran de metal noble o no. Cuando un personaje como Rubalcaba acumula tanto poder, la democracia se resquebraja, tiende a esfumarse.

9 de Noviembre de 2010, Diario "Mediterráneo".

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