Como cuenta la Historia las revoluciones han sido sangrientas y han decapitado a los de arriba. Por referirnos a las mas recientes, en Francia se llevaron por delante al Rey Luis XVI, a la Reina María Antonieta y a muchos personajes de la época; y en Rusia al Zar Nicolás II, a la Zarina, al Zarevich, a sus cuatro hijas y a 20 millones de ciudadanos. Todos ejecutados para imponer el triunfo de la respectiva revolución. Lo mismo ocurrió con la revolución cultural de Mao y con la locura de Pol Pot y los kemeres rojos en Camboya. Tras los antecedentes de Gandhi y de Mayo 68, parece que los nuevos revolucionarios de los países árabes apuestan por protestas pacíficas, en las que sólo dispara la policía y el ejército. Caso aparte es Libia, allí la Extraña Alianza, hoy derivada en la desorientada OTAN, no sabe cómo librarse de Gadafi, que está resultando más listo que ellos.
Salir a la calle, derrocar al gobierno e imponer la redacción de una nueva constitución, también lo han hecho los rubios descendientes de los vikingos. Los occidentales desean plantarse ante los bancos y exigir responsabilidades a los causantes de la crisis, pero no se atreven, todos les deben dinero. Los primeros, los partidos políticos. Islandia con apenas 350.000 habitantes lo ha hecho. Se ha negado a pagar los desmanes de Landsbanki uno de sus mayores bancos, que a través de internet popularizó la cuenta Icesave en Inglaterra, Alemania y Holanda, pagando intereses muy altos. Después de la quiebra del Lehman Brothers, ante las maniobras del banco islandés que repatriaba el dinero que tenía en Europa enviándolo a Reikiavick, Inglaterra congeló sus cuentas, aplicándole la ley antiterrorista, y el Landsbanki quebró. Su gobierno le dejó caer. Trescientos mil depositantes ingleses y holandeses, que ciegos de codicia expusieron su dinero al reclamo de altos intereses, fueron rescatados por sus propios países que les repusieron sus fondos.
Esto de salvar bancos y depósitos bancarios con dinero de todos los ciudadanos, que tanto les gusta a los gobiernos, debe ser un mandato divino, que no he podido encontrar en ninguna Biblia. Los gobiernos inglés y holandés quisieron que Islandia les devolviera el dinero más intereses al 5.5% en un plazo de 15 años. El Gobierno y el Parlamento de Islandia aceptaron. Los islandeses se lanzaron a la calle. El Presidente Oláfur Ragnar Grímsson sensible a las protestas de sus ciudadanos convocó un referendum y en “no” ganó en el 90% de las papeletas. Una nueva propuesta para pagar con interés del 3% y más plazo ha sido sometida a nueva consulta popular y la ha rechazado el 60% de los votantes. No están dispuestos ha pagar los desmanes de los gestores de los bancos, muchos de los cuales están desde los primeros momentos en la cárcel. Algo que en España apenas pide nadie, salvo recientemente CCOO.
Acabando el anterior párrafo me interrumpe un amable lector de mis artículos. Hablamos del sentir común contra los bancos y de la pocas estima que despiertan los políticos. Los viajes de los eurodiputados, los viejos elefantes que van a morir a Estrasburgo, ha sido la gota que ha colmado todos los vasos. La conclusión de mi amigo ha sido gráfica: “Se mos riuen en la cara”. Es un autónomo y me comenta “si tengo que cerrar, a mi no me rescatarán, no se por qué los bancos han de tener privilegios a costa del dinero de todos los españoles”.
Por la pequeña puerta de la ignominia está desaparaciendo Rodríguez Zapatero que ha empobrecido la nación colocándola en el puesto 12º, él que la encontró en el 8º. De entre todos los que nos pastorean desde el gobierno sacan sus cabecitas Rasputín y la Srta. Pepis que también quiere ser Presidenta. ¡Eh, mozo y moza que los dos estabais con el mamarracho que se va y sois tan responsables o más! Todos los que han estado con él ¡a casa! Y no pasa nada, que los españoles no son bravos vikingos y no os llevarán a los Tribunales.
19 Abril 2011, "Mediterráneo".