DEBAJO DE LA CAPA

 "Debajo de la capa de Luis Candelas/Mi corazón amante vuela que vuela./Madrid te está buscando para perderte./Y yo te busco para quererte”. Dice la copla de León y Quiroga, que hizo famosa Concha Piquer. Termina: “Que la calle en que vivo está desierta/Y de noche y de día la puerta abierta./Que estoy en vela, que estoy en vela/para ver si me roba, Ay, Luis Candelas”. 

Hay muchas coplas sobre bandoleros, los cuales siempre han sido una especie de ídolos para el pueblo, porque luchaban contra el poder, tantas veces injusto y tiránico. Este madrileño, educado y muy leído, tuvo fama de ladrón y conquistador de mujeres. Nunca mató a nadie. Gozó del favor de Fernando VII, gracias a una modistilla, amante favorita del Rey, cuya cama compartía con Luis Candelas, que logró cuantas veces estuvo en prisión, le dejaran libre. Pero murió el Rey y poco después le dieron garrote vil. 

José María Eladio Hinojosa Cobacho, “El Tempranillo”, nació en Jauja (Córdoba, 1805). Cuando tenía 15 años en el baile de la romeria de San Miguel un hombre se metió con su novia. Le retó, sacaron las navajas y aquél cayó muerto. Tuvo que huir a Sierra Morena y vivir como bandolero. Llegando a ser jefe de una importante partida y famoso porque era generoso con sus hombres, con los pueblos que le amparaban y con los necesitados. Los bandoleros eran queridos por el pueblo, que los veían pelear contra caciques y latifundistas. Llegada la Guerra de la Independencia muchos lucharon como héroes. Fernando VII, que no sabía cómo acabar con las partidas que se dedicaban al contrabando y al pillaje, en 1.832 indultó a los que quisieran servir a la Ley y ser libres. “El Tempranillo” aceptó la propuesta real. Otros no, como “el Barberillo”, quién en una embosacada, le disparó de muerte, cuando tenía 28 años. 

A la Vicepresidenta de la moda, la hemos visto con pieles, con mil chaquetas y pantalones a la última, con bolsos y zapatos de marca y con arreos africanos, incluso recientemente en bikini. Esta mujer, voz autorizada de su señor ZP, nos viene diciendo que van a subir los impuestos a los ricos, para dárselo a los pobres. Para pagar los 420 € a los parados que ya no tienen prestación por desempleo y para costear las vacunas de la Gripe A. Tiene más cara que Luis Candelas. 

Van a castigar las rentas del capital, pero no a todas. El que tenga ahorrados unos 3.000 €, le pondrán más impuestos sobre los intereses que le paga el Banco o la Caja. Pero las Sicav, sociedades con no menos de 2.500.000 € de capital y más de 100 accionistas, que es donde meten los ahorros los millonarios, prácticamente no pagan impuestos y de pensar en gravarlos nada de nada. No se atreverán. O sea, en la libreta del taxista, la portera, la tía María, de cualquiera de uds., los intereses que le produzcan sus ahorros se verán más gravados; pero los de Emilio Botín, los de las hermanas Koplovich y demás leones de la economía, los de las fauces insaciables, esos no se verán gravados. 

No van a robar a los ricos, van a seguir robando a los pobres y a las clases medias, que es lo que han hecho siempre y luego se lo dan a los Bancos y a las Cajas. Sólo hay que ver como viven los socialistas, algunos con tres sueldos. La Leire Pajín que tiene dos y quiere otro de senadora. Todos sueldos millonarios. Los socialistas ya no pertenecen a un partido obrero, sino a un partido de ricos, funcionarios y enchufados muy acomodados, que viven a costa del Presupuesto, que han dejado exhausto. Exprimido, sin gota. Ya no queda nada. Por eso suben los impuestos. Malgastadores.

22 de septiembre de 2009, Diario "Mediterráneo."