Cuento para la Navidad

El hermoso y joven príncipe de Troya Ganímedes se retiraba al bosque del Monte Ida, huyendo de las frivolidades de la Corte. Júpiter se transformó en águila, bajó a la Tierra y lo transportó al Olimpo, donde le nombró aguador de los dioses. Los castellonenses de hoy no hemos conocido a los aguadores empujando sus carritos por las calles, con los cántaros de agua turbia de la acequia mayor, para abastecer a los vecinos que no tenían pozo o cisterna. Al nacer, la comadrona nos lavó con agua del grifo, la misma que bebemos, usamos para guisar y para el aseo. Disfrutamos del agua del grifo, que fue el gran adelanto que mejoró nuestra calidad de vida hace 132 años, cuando aquellos castellonenses emprendedores, encabezados por Enrique Gimeno en 1.872 fundaron la “Foment” y tomaron el agua del Tossal del Morral de la Rambla d’Algonder. Muchos años antes se ahogó un hombre al vadear ese río y su viuda, en aquel lugar, construyó un puente. Desde entonces se la conoce por la Rambla de la Viuda. De allí viene un servicio tan elemental como es el agua del grifo.
Lo truhanes del norte no solamente quieren hacerse con nuestro idioma y con el agua del Ebro, también con nuestros dineros. Para la rapiña cuentan con el cliente preferido de La Caixa, al que han perdonado, a su partido, seis millones de euros y convenientemente ocupa el Ministerio de Industria, que fija las tarifas de la luz, del gas y otros servicios que pagamos todos los españoles sin distinción, ricos y pobres. Las del gas
aumentarán dos veces el año que viene. Los industriales cerámicos se encuentran cautivos, como dice su Presidente Fernando Diago. Los quieren convertir en esclavos, como a todos los valencianos. Ya querían chupar del Reino de Valencia cuando la conquista del Rey Don Jaime, pero los paró en seco, prefirió a sus súbditos de aquí, los valencianos. La factura del gas aumentará en casi el 50%, los azulejeros pagarán otros 150.000.000 € y los que trabajan con otros operadores de gas, que desaparecerán el próximo día 31, tendrán que cerrar sus industrias o arrodillarse ante Gas Natural/La Caixa. Pero los castellonenses, que nunca hemos mirado al norte, ni al centro, sino al mar, han reunido a 47 empresas del sector cerámico y creado ENCERSA, que pronto comprará y distribuirá gas en mejores condiciones y precios. Como ocurrió hace más de 130 años con el agua, ahora un grupo de castellonenses, capitaneados por Fernando Roig, avalado por su gesta al frente del Villareal, equipo revelación en Champions, a los truhanes del norte les haremos un corte de mangas en lo del gas.
Deseo que el Niño Dios, cuya Natividad estamos celebrando estos días, os colme de bienes y en el año próximo veáis cumplidos vuestros deseos. El abuelo enseñaba a sus nietos el Belén monumental que, año tras año, montaban en el Convento.
“Abuelo cuéntanos la historia”. Como cada año el anciano repitió una leyenda ya clásica en la comarca: Hasta las tierras de un pobre labriego llegaba el aguador llevando agua fresca de las montañas, para que bebiera la familia y los animales que criaba. Un día, unos bandidos asaltaron al aguador, le robaron y lo mataron. El labrador se puso muy triste al ver que no tenía agua para nada. Por fin, se le ocurrió una idea. Cavaría cerca de la higuera, ya que bajo sus ramas se sentía un inmenso frescor. Trabajó durante varios días, desde que salía el sol hasta que se ponía en el horizonte. Cuando el pozo era tan profundo como alta la higuera, brotó agua en cantidad suficiente para abastecer a su familia, a sus animales y convertir sus campos resecos en huerta. Los vecinos vinieron a rogarle “nosotros también hemos cavado, pero no encontramos agua, si pudieras darnos de la que te sobra”. El labrador dijo que si y lo hizo, sin pedir nada a cambio. Siempre fue considerado un benefactor de la comarca y todos los años, cuando llegaban estas fechas, los vecinos le regalaban algo de su cosecha o de las crías de sus animales, al tiempo que le deseaban, como yo a vosotros, ¡Felices Navidades!
27 de diciembre del 2005, Diario "El Mediterraneo".
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