El amable maleducado

El primer día te llevan al Zócalo. El guía explica las pinturas que adornan una escalera del Palacio de Cortés, donde Diego Rivera expresó su resentimiento contra los Conquistadores. Cerca hay una librería donde se puede comprar una Historia de la Conquista de autor mejicano. Su estudio revela dos conclusiones: Cortés era un genio, quemó sus naves, pero, luego, para conquistar la capital azteca situada entre lagunas, construyó nuevas naves y la conquistó por el agua. Sobre los altares aún había restos de enemigos, los aztecas comían carne humana. Sacrificaban doncellas con guirnaldas de flores en el sagrado cenote de Chichén. En el ritual del juego de pelota en Chichén-Itzá, mataban a los vencedores. No fueron capaces de crear el arco de medio punto, con piedras apiladas constituían bellos templos y observatorios espectaculares, pero sin bóvedas. Llevaban siglos de decadencia.
Los españoles , debajo d el evangelio, introdujeron en toda América la cultura greco-romana, que habían asimilado grandes pensadore s cristianos c omo Agustín de Hipona y Tomás de Aquino. Todas l as civilizaciones no tienen la misma calidad. En nuestro cristianismo está el sentido de la democracia, la igualdad, la justicia, la solidaridad y la libertad, esa fue la labor de España. Napoleón no es un derrotado, sus soldados no permanecieron en los países que conquistaba y perdía, pero dejaron la estel a de la Revolución Francesa en Europa y en América. Los soldados nortea mericanos, en Corea y Vietnam, no fracasaron, porque no lucharon para quedarse, sino para frenar el comunismo en Asia y lo pararon. El mundo occidental es viejo como Grecia y por eso moderno, porque “la democracia es el peor de los sistemas de Gobierno, excluyendo todos los demás”.
Los marxistas, huérfanos de comunismo, carecen de identidad. Se empeñan en ser distintos de los viejos demócratas y en su odio a USA. Piensan en una nueva democracia, pero si se adjetiva de popular, orgánica, del proletariado, deja de ser democracia. Ideológicamente han venido a menos, nunca hablan de libertad, sino de la igualdad. Están aún con la dictadura de igualdad de pensamiento, cartillas de razonamiento y limitadísimas viviendas ¡ni de 30 m2! Tratan de diferenciarse de quienes se alimentan de las esencias griegas, romanas y cristianas, a quienes llaman carcas y fachas.
Ahora estos progres, como ZP, leen a Suso de Toro, Compostela 1.956, escritor pancartero de “Nunca Mais”, cuyas ideas básicas son el odio a Aznar ¡debía estar en la cárcel! y al PP ¡ ha de hacerse una nueva derecha, con una nueva democracia! Desde luego, adjetivada como le gusta a Saramago y a Llamazares. De sí mismo dice ser “panfletario” y que sus textos son “instantáneos, vulnerables, inexactos, inestables y contradictorios”. “España como esencia no existe, existen los españoles”. Acumulando pequeñas ideas que no llevan a ningún sitio, ha encandilado a su amigo ZP que ha proclamado: “España es un país amable”. No hay que confundir la cortesía, que se debe a todo el mundo, con la amabilidad. El Presidente del Gobierno,
amable o no, ha de gobernar. Si ha de ponerse serio y llenar de guardias las carreteras para evitar atascos, si es necesario defender los fondos europeos, no es preciso que sea amable, pero sí eficaz. Sus amigos Schöder y Chirac no lo han sido, para después del 2.006 quieren quitarnos los fondos europeos. Bono prefiere que lo mate n a matar, idea cristiana y loable, pero fuera de lugar en el Ministro de Defensa. Si España es atacada, nuestros soldados tienen que disparar primero y ganar. Al Moro le han regalado un montón de tanques que defendían Ceuta y Melilla. Si ordena que las torretas den la vuelta, apuntarán a esas ciudades españolas cuando le dé la gana, porque sus Tratados y promesas, como enseña la historia, son papel mojado ¡Muy mal la amabilidad de ZP con el Moro! Sin embargo, al paso de la bandera USA, país amigo de España, aunque él lo odie, permaneció sentado, mostrando la amabilidad del maleducado.
10 de mayo del 2005, Diario "El Mediterraneo".
Reader Comments