El rapto de Europa

     El Rey Salomón para construir el Templo de Jerusalén, con 300 m2 de base y 15 de altura, solicitó mano de obra y madera de los cedros del Líbano, resistente a altas temperaturas, a la humedad y al envejecimiento, al Rey Ahiram de Byblos, hoy Jbeil a 40 km. al norte de Beirut. En el sarcófago del Rey Ahiran hay una inscripción del s. X a.C. que prueba la existencia del primer alfabeto lineal, el cual fue asumido por los griegos, pasó a los etruscos, luego a los latinos y hoy es de todos. La inscripción, descifrada por el profesor Lehmann de la Universidad Gutenberg, donde se conserva la primera imprenta, dice “que pene sin agua el que profane esta tumba”. Es una maldición-advertencia al que intente profanarlo para que en su sepultura no haya agua y tenga que penar sin alcanzar la otra vida. Si el invento de la imprenta por Gutenberg hizo posible la difusión de la cultura, el alfabeto fenicio, es el gran hallazgo de la antigüedad, con él se escribe tal como se habla, un niño puede escribir una historia y su compañero leerla, como si la oyera de viva voz.

     Cadmo entregó a los cretenses el alfabeto a cambio de información sobre su hermana Europa. La bella muchacha jugaba en la orilla de un río con sus amigas y Júpiter, al verla, quedó prendado de su belleza. Se transformó en un toro aparentemente manso y se acercó a la muchacha, dejó que lo ornara con guirnaldas de flores y cuando ella subió a su lomo emprendió la huída a través del mar y la desposó. La hermosa Europa lloraba, pero Venus la consoló “modera tu furor, en adelante una parte del universo llevará tu nombre” .

     El historiador Paul Johnson considera que Europa es una creación del matrimonio entre la cultura grecorromana y el cristianismo. Hoy, alejada tanto de aquélla como de éste, está enferma y en desorden. La infumable Constitución que alentaban Chirac y Schroeder, junto a su antiamericanismo, ha caído envuelta en espantoso ridículo. Los europeos están hartos de la burocracia de Bruselas, de oír hablar de convergencia, para que todos seamos iguales, lo que siempre se consigue rasando por abajo, cuando lo importante es que todos, hombres y pueblos, seamos libres. La convergencia ha estancado las economías europeas. La única libre y próspera, gracias a la Tatcher y a la inteligencia de Blair, es la inglesa. Esa Bruselas de presupuesto mastodóntico, cuyas cuentas no han sido nunca auditadas, nadie sabe qué hay debajo de las alfombras, donde un católico practicante no pudo ser Comisario de Justicia, donde se ha olvidado el espíritu de sus fundadores Monnet, Schumann, De Gasperi y Adenauer, que en sus discursos hablaban de Kant, de Tomás Moro, de Dante, de Paul Valery, está equivocando su verdadero camino; porque la construcción de Europa se concibió con una gran cuestión moral. Europa ha sido raptada nuevamente por ideas materialistas, olvidando el espíritu con que se construyó. Europa no puede dar la espalda a su pasado histórico. Los amortizados Chirac y Schroeder no comandarán, como querían, una Europa como la que soñó Napoleón y aún la sueña Villepin, el nuevo Primer Ministro francés. Hoy la confianza está puesta en Tony Blair, en Ángela Merkel la nueva estrella alemana, próxima Canciller de su país según todos los pronósticos, en Nicolás Sarzkozy Ministro de Interior francés, opositor a Chirac dentro del propio partido. Éstos hablan de otro de núcleo europeo más amplio, con endurecimiento de las normas sobre los inmigrantes, no adhesión de Turquía, mayor inversión en investigación y educación y mayor liberalismo. Recordaba Blair en su reciente discurso en el Parlamento Europeo, que con 25 países producimos menos ingenieros que la India. Europa debe volver a lo que siempre ha sido, recuperar su auténtico espíritu, porque tiene que competir, no solo con Estados Unidos, sino con una India emergente y una China fulgurante. Tiene que ser ella misma y escapar al rapto que tramaron Chirac y Schroeder.

12 de julio del 2005, Diario "El Mediterraneo".