Fausto Rubalcaba. El gallinero

     Roberto entraba echando sonrisas: “Con nuevo talante, hemos acordado con las fuerzas políticas distribuir mesas y formar grupos en las Cortes”. La tertulia se animaba: “Tejemanejes de Fausto Rubalcaba”, dijo Juan. “Querrás decir Mefistófeles”. “No. Mefistófeles es el demonio, Rubalcaba ni llega a tanto, ni cree en él. Solo ha repartido pienso al gallinero, prestando diputados al grupo que le faltaban”. “Nos corresponden cien días sin críticas”, exigía Roberto. Don Bernardino volvió de sus pensamientos: “por cortesía democrática, hay que dar ese plazo al Presidente, nuevo en esta plaza. Pero Rubalcaba era el mentiroso oficial del felipismo. Negaba todos los escándalos, Banco de España, Gal, Filesa, todo. No le corresponde ni medio minuto de cortesía”. “Todo el Parlamento no será un gallinero –Juan trataba de suavizar el ambiente- pero la parte que pastorea el nuevo Fausto, son pollos y gallinas de distinto pelaje, a los que vende trozos de España, como si fuera una tarta. Ellos se sienten fuertes en el gallinero ¡hemos ganado! y acuden al reparto del pienso”. Se les oye: “Yo quiero patinar con mi banderita”. “Yo ley de educación vasca”. “Yo 14 Agencias Tributarias”. “Yo desalar el mar”.

     Saben que el PP, como una hormiguita, ha llenado las arcas y el fondo de las pensiones. Allí vela el dinero de los españoles, pero están dispuestos en gastar en lo que haga y en lo que no haga falta. Cuadrar el presupuesto y prever, como un buen padre de familia, que no se gaste más de lo que se ingresa, no va con ellos, volverán a dejar el país en ruinas. Siempre pueden dejar que vuelva unos años el PP a llenar las arcas.

     El lunes siguiente a las elecciones, Benito, vecino del Palmeral, le confiaba a Juan: “jubilado yo y Rosa, mi mujer, limpiando las escuelas, podemos comer, contando mucho y apretando más. Cuando se fueron los que han vuelto, decían que no podrían pagar las pensiones. Aznar las pagó y creó un fondo para garantizarlas. Han vuelto los socialistas y se lo quieren gastar. Estoy muy preocupado, el día que no las paguen, mi mujer y yo no podremos comer”. El ex-ministro de Hacienda Solbes, aconsejaba a todos: “haced un plan de pensiones, la Seguridad Social no las podrá pagar”. Ahora vuelve y habla de la mala situación que encuentra en España, olvidando que dejó el país sin que se pudieran pagar las pensiones, había 4.500.000 personas menos trabajando, el número de ocupados era el mismo que en los años 50 y 60, España no cumplía con ninguna de las condiciones para entrar en el euro y tenía cuatro millones de parados.

     Dicen que Aznar es antipático, intolerante, sumiso a los americanos. El maestro de economistas, Velarde Fuentes, ha escrito: “criticar lo de Iraq es ignorancia económica grave. España tiene que procurar que todo el entorno del Mediterráneo esté tranquilo, porque de otro modo la prosperidad del arco mediterráneo, en su porción española, desde el puerto de Algeciras hasta Portbou, pasando por la Costa del Sol, Baleares y los tres puertos de Valencia, Barcelona y Cartagena, se vendrían abajo y con ello toda nuestra economía”.

     Recuerdo los versos de García-Lorca “una jauría de perros / ladra a lo largo del río”, porque oigo ladrar a los Polanco y algunos tontarras unidos a su coro. En la imagen de González que recuerdo, estaba a las puertas de la cárcel de Guadalajara, mientras entraban los suyos; y no consienten que Aznar se vaya por la puerta grande. La historia es muy terca y los españoles saben su gestión en la economía, el prestigio en el exterior, la tasa de población activa, y el PIB nacional en el 90% de la media europea. Aznar en meses puso la economía en condiciones de entrar en el euro. Como Cinccinato se ha ido a casa cuando el trabajo estaba hecho. Roma lo necesitó nuevamente y sus mensajeros lo encontraron, en su campo, con el arado en la mano. La historia siempre deja constancia de los grandes hombres y de su inmensa huella, aunque no quieran los polanqueros.

4 de abril de 2.004, Diario "El Mediterraneo".