LA CATARSIS

Los principales dirigentes del PP están noqueados. Tienen complejo de Estocolmo, imitan al PSOE porque envidian y admiran sus victorias y olvidan que el mejor Gobierno de España fue el de ellos, aunque Aznar se equivocó al nombrar sucesor a dedo, como en Corea del Norte; y Rajoy imita a Hugo Chávez sucediéndose a sí mismo. Están sonados, tienen casi un millón de afiliados y más de 10 millones de votantes, devotos y fijos, que se están aburriendo de ver caras perdedoras y pueden dejar de votar. Los tienen cabreados.
La autoproclamación de Mariano ha sido un éxito. Los barones que dirigen las autonomías y los funcionarios de la central en la calle Génova de Madrid, aplaudieron como locos. Unánimes. Unos pensando que las listas las hacen en Madrid; y los otros en las pequeñas gabelas que disfruta la oposición, que también las reparte Rajoy. Los palmeros velan por su mamandurría.
La catarsis de que escribe Aristóteles en su Poética es herencia de los chamanes que purificaban a los enfermos de las fuerzas maléficas y les reparaban las benéficas. Ha llegado a la medicina y al psicoanálisis y su acepción más significativa es la de purga. Como dice Paco Cascos, deben empezar por llamar derrota a la derrota y no complacerse en ella. En el PP debe dimitir toda la dirección, como ha hecho Zaplana, y abrir el Congreso sin candidaturas previas. Han de meditar sobre las causas de la derrota y sobre lo que esperan los españoles de ellos. Esperanza Aguirre, en su discurso, ha dado un enfoque preciso y certero de los principios por los que debe regirse su partido. Luego, discutir y votar el nuevo programa; y por último elegir al candidato y su equipo, con listas abiertas. Una buena dosis de democracia interna puede hacer una sana catarsis.
En el PSOE no piensan en catarsis porque están exultantes. El presidente no solo está contentísimo de haberse conocido, está crecido y dispuesto a dar sopas con onda a todo quisqui. Mantener en el Gobierno a Solbes, Bermejo, Moratinos y Magdalena Álvarez es una chulería. El primero es un acreditado arruinador del Estado y del país, como en la última etapa de Felipe González. Recientemente ha vendido mucho oro del Banco de España a Rusia, como en 1936, lo que empieza a ser una costumbre sociata. Mientras el precio del dorado metal se encarece en el mercado. Bermejo ha hecho todo lo posible por domesticar la justicia en el más alto nivel. Ha metido mano en el Tribunal Constitucional y lo ha dejado marcado y desprestigiado. Para negado profundo Moratinos, basta recordar la solitaria imagen del presidente en Bucarest alejado de los demás mandatarios y su anuncio de una entrevista del ZP con Bush, quien no se dignó darle la mano. Ya saben todos quién es la Magdalena caducada, pasada de fecha, repudiada hace poco por el Senado y el Parlamento catalán.
Espinosa en Medio Ambiente, mandando a casa a la nefasta Narbona, parecía un regalo, pero en pocas horas apareció su mimetismo con el presidente. Miente y cree que nos lo tragamos: "No es un trasvase" llevar agua del Ebro a Barcelona, tal y como lo contemplaba el PHN. Tal vez piense que solo es un glopet d´aigua, lo suficiente para hacer gárgaras. Greenpeace dice que parece una "raposa al cuidado de las gallinas".
Catarsis no, pero a los españoles nos están dando una buena purga. ¡Qué habremos hecho para cabrear a los dioses, que así nos castigan!
22 de Abril de 2008, Diario "Mediterráneo".
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