LA SERENATA AL BOU

El paisaje era un gran lago, que cubría al “Plá”, lleno de peces, rodeado de feraces tierras y mucha caza, un lugar rico para asentarse porque había agua y comida en abundancia, protegidos por una barrera de montañas que impiden el paso de los aires malsanos que emanan en las tierras bajas junto al mar. Siglos más tarde los íberos construyeron en el “Raco de Rata” un poblado amurallado con una torre de planta circular junto al acceso del recinto, en el que habitaban unos 300 individuos.
En el segundo movimiento de la suite, la música evoca reminiscencias de los árabes que vivían y dieron al lugar el nombre de Beni Hamez. Aun se les recuerda en las estrechas calles del “cuartillo”, en los restos de murallas, de torres y del castillo, sobre el cual se asentó el construido por los cristianos.
El tercer y último movimiento describe el asedio de Jaime I y la batalla final. Gracias al “Rei Conqueridor” Vilafamés pasa a ser cristiana definitivamente y se conforma como pueblo en 1241. Pero no todos están de acuerdo con la batalla. Dicen que una partida de caza de las huestes cristianas se acercó a las murallas, que guardaban el castillo y el pueblo, y al ver pocos defensores se vistieron con ropas árabes, entraron en el recinto amurallado y se apoderaron de Beni Hamez.
La suite está compuesta por Eduardo Nogueroles, joven director durante los últimos tres años de la Banda “La Lira” de la Sociedad Cultural “La Roca” de Vilafemés. La ha transformado consiguiendo un Premio Internacional y dirigiendo conciertos de recuerdo memorable. A la hora de dejar su puesto, para dirigir en una población de 20.000 habitantes, situada junto a Valencia, al dado de su casa, ha dedicado a la Banda y al pueblo de Vilafamés esta obra, que fue finalista en el I Concurso de Composición de Música para Bandas de Ortigueira. Su estreno tuvo lugar, dentro del castillo iluminado con antorchas, en la noche del 9 de agosto pasado. Fue una noche llena de magia.
Se interpretó por segunda vez en la Plaça de la Font el pasado día 18, en la segunda parte de “La serenata al bou”, uno de los actos más tradicionales de las Fiestas Patronales de la Virgen de la Asunción y del Cristo de la Sangre. La plaza estaba llena de público. Al fondo, detrás del medio centenar de músicos, de un enorme trípode colgaba el toro, corrido en el festejo de la tarde, ya desollado. Año tras año se recuerda que el toro que se corría y mataba en las fiestas, era expuesto al pueblo y, mientras se subastaban sus distintas piezas de carne, la música amenizaba el acto. Ahora hay muchos días de toros, casi todos. El último sábado la Reina de Fiestas, la guapa y simpática Aida Llorens, regaló un Victorino. Acudieron aficionados de muchos otros pueblos, la plaza rebosaba. Dio un juego extraordinario y por la noche fue embolado. Aquél fue otro día señalado de las Fiestas.
2 de septiembre de 2.008, Diario "Mediterráneo".
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