CHÚCARO Y LIBRE

Jorge Cafrune, nació en Jujuy en 1937, llevó su arte y su mensaje por todos los rincones de su patria en 1967. De ahí pasó a España, cosechando gran fama entre nosotros. Aquí se casó y tuvo tres hijos. Diez años después, al morir su padre, regresó a la Argentina dominada por la dictadura del General Videla. En el Festival de Cosquín, el público le pidió que cantara la “Zamba de mi esperanza”, canción que estaba prohibida. “Si mi pueblo me la pide la voy a cantar”. Saltarse la censura, y la popularidad de su canción anarco y rebelde “El Orejano”, colmó la paciencia de los militares. Nadie ha sabido explicar cómo, a los pocos días, una furgoneta lo atropelló y le dio muerte en enero de 1978. 

En mi coche llevaba sus casetes y oía sus canciones un día y otro. Tuve la suerte de verle y  escucharle en el Teatro de la Comedia de Madrid. He recordado toda mi vida la emoción de sus canciones y los largos y calurosos aplausos de aquella tarde. Eran los últimos años de la dictadura y él cantaba: “Porque no me llenan con cuatro mentiras/los maracanases que vienen del pueblo/a elogiar divisas ya desmercidas/ y hacernos promesas que nunca cumplieron/”. Maracaná llaman a una especie de papagayo. 

En “El Orejano” cuenta que “le tienen idea” –le miran mal- “porque a los que mandan no les cabresteo/… porque no me han visto lamer la coyunda/ no andar hocicando pa hacerme de un peso”. La coyunda es la cuerda con que uncen los bueyes al yugo. 

Si miras a la izquierda, el católico practicante José Bono hablando sobre la Ley de Aborto afirma: “el que no pueda votar lo que ordena su Partido, debe dejar el escaño”. Los titiriteros y los sindicalistas van ha manifestarse contra los patronos, buena parte de ellos arruinados debido a la ineptitud del Gobierno ante la crisis.  Unos y otros viven de las subvenciones. Las películas que hacen los de la ceja, muchas de ellas ni se estrenan, sólo son una excusa para cobrar la subvención. Los otros están liberados de su empresa y viven sin dar un palo al agua. No defienden a los trabajadores ni a los 5.000.000 de parados, sino al Gobierno. Unos y otros hocican en el pesebre del Presupuesto y están  atados  a  ZP con la coyunda. 

Y si miras hacía a la derecha, Rajoy ha ordenado cerrar filas e imponer su orden, porque “Santo Job sólo hubo uno en la historia”. Está dispuesto a castigar a Cobo. Ha confirmado a Rato candidato a Caja Madrid, Camps hace nombramientos a su gusto, y prohibe hacer declaraciones en contra de la opinión oficial del partido. Se acuerdan de Alfonso Guerra, “el que se mueve no sale en la foto”, pues eso. 

Nuestros políticos, a ambos lados, no resistirían una democracia británica, donde el votante de cada distrito se entiende directamente con su diputado y son los ciudadanos quienes directamente quitan a uno y ponen a otro. Aquí las listas son cerradas, el que no le gusta al “líder”, no va en la lista y se convierte en un cadáver político. Esa fue la amenaza de Rajoy a todo el P.P. Es lo que hay, porque retocar la Constitución y la Ley Electoral, independizar a los Jueces, hacer una Ley de Educación común a todas las Autonomías y todas esas cosas que la gente desea y son la base de una democracia más avanzada, no entusiasma a nuestros políticos. Están matando la libertad. 

            Como dice el pintor Bolumar hay que pensar en cosas hermosas que nos hagan felices. Menos mal que hay mucha gente que ama la libertad y emite un rayo de esperanza. Hay hombres, como Cafrune, bravos –chúcaros y libres- que están dispuestos  a cantar verdades, aunque "amuestren bichera/ ande nadies creiba que hubiera gusano".

10 de Noviembre de 2009, Diario "Mediterráneo".