EL MAESTRO CIRUELA Y EL PÁRROCO

En enero el Presidente del Gobierno estuvo en el Parlamento Europeo aleccionando cómo salir de la crisis. Cuatro meses después, Europa intervino a España y le obligó a tomar medidas económicas inmediatamente. Hace unos días ha ido a Seul para explicar a los del G-20 sus diez medidas para solucionar el paro. Al  mismo tiempo, la CEOE señalaba que el índice de paro en España es el 20’8% de la PEA. Dos millones de niños españoles, según UNICEF, están a punto de entrar en la pobreza, como esos niños africanos con el vientre hinchado por el hambre. En el Consejo de Bruselas el pasado día 29, Merkel impuso nuevas normas para el rescate de países en quiebra. Tendrán ayudas pero no las pagarán sólo los países europeos, es decir, sus ciudadanos, los compradores de deuda verán reducido su crédito. Para curarse en salud éstos han subido los intereses y el país que vende bonos de su deuda, cada vez, debe más. El Estado que no tiene superávit en sus cuentas, nunca dejará de deber. El paro crece y los gastos de las Administraciones suben. En Castellón cada dos personas que trabajan han de mantener a tres funcionarios. Así no se puede salir de la crisis. Hay que suprimir todas las subvenciones, los liberados y enchufados de toda clase y todas las inversiones superfluas. Cuando vengan tiempos mejores, se pondrá en marcha nuevas infraestructuras y se levantarán otra vez edificios suntuosos. Ahora no, cuando todos tengan trabajo. Sólo entonces será lícito atender gastos superfluos. ZP trata de aleccionar a otros, pero es “el Maestro Ciruela, que no sabe leer y quiere poner escuela”. 

Mientras en Vilafamés explotó el escándalo. El párroco fue detenido, quedó en libertad a los tres días con el cargo, presunto, de distribuir pornografía infantil. El Obispo le ha suspendido provisionalmente. Ha tenido que volver a hurtadillas, acompañado de otro sacerdote, a recoger su ropa de la Casa Abadía, donde la Guardia Civil encontró en su ordenador 21.000 fotografías y videos pedófilos. Se ha escondido en Mallorca, en su pueblo natal. Unos han aprovechado para atacar a la Iglesia y otros, los menos, los que le conocían y admiraban sus dotes para llevar su parroquia y sus magníficas homilías, no entienden ese trastorno de personalidad que le domina y le lleva a contemplar desnudos y actos sexuales de menores de 13 años. Dice la Psiquiatría que se trata de personalidades inmaduras, con trastornos narcisistas y frágil autoestima. Este tipo de pedófilo no usa la violencia y no considera inapropiada su conducta. Para los demás es repugnante. Un vicio incomprensible. 

Los medios de comunicación se han ensañado con la Iglesia. Han olvidado que en la misma causa, que instruye un Juzgado de Madrid, hay detenidas otras seis personas en España. Solo uno, el de nuestra provincia ha sido noticia. Forman parte de una red internacional. En otros países hay imputadas 60 personas más. La Iglesia está llena de pecadores, unos son de a pie, y otros de la jerarquía. No puede ser de otra manera, son humanos. De momento sólo es presunto delincuente, pero si lo que el Párroco de Vilafamés ha reconocido ante el Juez, según informan los medios, se ratifica y demuestra en juicio, le caerán de 4 a 8 años de prisión; y la Iglesia, en consecuencia, le aplicará el Código Canónico y su pena correspondiente, supervisada por la Congregación para la Doctrina de la Fe o directamente por el Papa. Le pueden suspender definitivamente de su estado sacerdotal. 

Pero los cristianos, aparte jueces del Estado y de la Iglesia, no estamos en este mundo para condenar a los pecadores, sino para rezar por ellos y para fortificar nuestra confianza en la Iglesia, aunque no esté libre de aditamentos no evangélicos. Sobre todo para hacer más firme nuestra fe y nuestra esperanza en Jesús.

23 de Noviembre de 2010, Diario "Mediterráneo".