TANTA CALIDAD DE VIDA NO SE PUEDE PAGAR

De cuando estudiaba Filosofía del Derecho recuerdo un concepto clarísimo. En la organización de la convivencia para el socialismo predomina la sociedad, el estado. Para los liberales-conservadores lo importante es la persona, el hombre libre. La socialdemocracia -hay que ver la maestría que tienen para cambiar el nombre de las cosas y que parezcan otra cosa- trajeron la ilusión del estado de bienestar, la calidad de vida. El Estado dueño de todo te proporcionaba cuanto necesites, el per, las subvenciones, más puestos de funcionarios, de todo. Tu vótales y ellos te darán. Los sindicatos y las patronales, los partidos y los políticos y sus asesores, todos uncidos al pesebre. Los ciudadanos pagamos con nuestros impuestos minas que no rentan, periódicos que no se venden, medicinas sin control, abogados gratis, dependencia gratis, viajes del Inserso, sindicatos que no nos representan, políticos que no votamos. Todo. Y cada vez más funcionarios. Sueldo para todos. Cuando ganó le decían “Felipe colócanos a todos”. A cambio perdemos libertad. La más elemental: la libertad de elegir. Maestro el que te toque, médico el que te corresponda por tu domicilio. ¿Quién paga? Tu, españolito de a pie. Los capitostes pagan impuestos de risa, dicen que para que no se vayan. Y si no hay bastante, endeudamos al país. ¿Quién pagara la deuda y los intereses? Entre todos los de medio pelo y los de abajo, apretándose el cinturón ¡Un poco más! ¡Ay! Oiga ¿durante cuánto tiempo? Y muchísimos sin trabajo. La actual crisis en España es el derrumbe. El fracaso del modelo socialista.
Ahora hay que rascarse el bolsillo para ir a la farmacia, al juzgado, nos cobran por todo. Y la gente sale a la calle siguiendo, no tantos como ellos dicen, a los sindicatos. “¿Sabes por quién tocan las campanas? ¡Tocan por ti!” Eso han aprendido los méndez y los toxos. No protestan por los parados, ni por los trabajadores. Lloran por ellos, por que les han tocado el bolsillo. Gritan “¡les están quitando derechos a los trabajadores!” No, les están quitando subvenciones a ellos. En un estado moderno han de desaparecer las subvenciones. Todas.
Los partidos y los sindicatos han vivir de sus afiliados. Las religiones han de vivir de sus fieles, de alquilar sus hospitales y colegios, del jornal de sus miembros cuando curan y enseñan. Y de los fieles. Los museos de sus fundaciones. El Prado también. No es racional que el dinero de cualquier contribuyente vaya a museos que no le interesan, a religiones en las que no creen, o a deportistas de élite que les importan un rábano. El ciudadano prefiere no pagar casi impuestos y gastar o invertir su dinero donde le plazca. No donde le place al mandamás de turno. Así se construye un país moderno.
Sólo la defensa, la diplomacia, la sanidad, la educación, la justicia y algún servicio más, son materias que el Estado debe garantizar y debemos costear entre todos. De una manera racional y equilibrada. Siempre está de moda criticar al gobierno, pero si de derechas deja de ser una moda para convertirse en un deber nacional, porque la izquierda cree que el poder le corresponde por derecho propio, como a las monarquías absolutas.
Ahora se critican la tasas judiciales. Nadie que se haya hecho un pequeño corte pelando patadas pide en Urgencias que le cure el Dr. Cavadas. Cualquier enfermera puede desinfectar el corte y ponerle una tirita. Al revés pasa con la justicia. La misma oficina judicial con toda sus funcionarios, más el juez, se ponen en marcha tanto por una reclamación de 100€, como que para un asunto de millones y millones. Lo mismo para quien denuncia que le han robado unos calcetines de su tienda, que para perseguir a un asesino en serie. Estamos desaprovechando jueces y personal de juzgados y sus limitados medios, para asuntos que podría solucionar un juez de paz. Nuestro sistema judicial es el de hace más de doscientos años, con sucesivos parches que pretenden actualizarlo. La reforma ha de ser total. En el mundo occidental hay sistemas judiciales que funcionan. Tal vez copiar sería lo más práctico, sin mezclar de unos y otros. Al fin y al cabo el Código Civil se lo copiamos en parte a Napoleón. España está hecha unos zorros, hay que hacerla de nuevo. Debemos sacrificar lo que tenemos, los privilegios aunque estén amparados por una ley y, respetando los derechos fundamentales, poner en marcha modelos nuevos y eficaces en justicia y en casi todo.
MEDITERRANEO, 8 de Enero de 2013.
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