Quiero que me paren El Prat o Barajas

      Sería lo justo, porque si hago huelga con tres o cuatro compañeros o con cien mil, no nos harán caso aunque cortemos carreteras como hacen los de los astilleros. Queremos que nos paren El Prat o Barajas en día punta de inicio de vacaciones o de un puente de los gordos, esos que llamamos acueductos, para que nos den lo que pedimos. Con cien mil viajeros atrapados y desesperados en una de esas terminales, empresa y Gobierno se bajan los pantalones en veinticuatro horas. Creo que es mi derecho o de lo contrario todos los españoles no gozaríamos de las mismas garantías constitucionales, no seríamos iguales. Por supuesto, todos pueden hacer lo mismo ¡que paren El Prat o Barajas cuando lo deseen!

     Si el párrafo anterior le parece una barbaridad, tal vez la barbaridad es lo que ocurre con los Excelentísimos Pilotos de Iberia, descendientes de la bragueta del Rey Pepet, o con los trabajadores de tierra de El Prat, que invaden la selva al conjuro de un chamán no sindicado.