La conciencia del siglo XXI

Llevaba calcetines y pedaleaba por campos y montes para llevar mensajes a sus compañeros partisanos. Cuando oía las bombas y los disparos se agachaba sobre su bicicleta y seguía. Nunca ha tenido miedo a nada, aunque ha sentido mucho tener que dejar la vida. En su última lucha contra el cáncer decía que la certeza de la próxima muerte sólo le producía melancolía, me consuelan los libros de Ratzinger.
Le dedicó un libro y escribió que él era un hombre completo. Alekos Panagulis, ingeniero electrónico, oficial del ejercito griego, político y poeta fue su único compañero. Duró tres años, porque en un misterioso accidente falleció en Atenas en 1976 a los 37 años. Había intentado matar al dictador Papadopoulos y fue condenado a muerte en 1968. Lo amnistiaron por la presión internacional y preso en la isla de Egina se escapó y siguió la lucha desde el exilio. Al llegar la democracia fue elegido diputado, pero pronto riñó con los jefes de su partido, era difícil de doblegar, era todo un hombre. No es de extrañar que Oriana después de conocerlo y conocer muy bien a los grandes del mundo que ella había entrevistado dijera que en Europa no hay líderes. En el mundo solo dos: Bin Laden y el Papa.
Estuvo siempre mirando la noticia de frente, en la Guerra de Vietnam y en la Plaza de las Tres Culturas cuando los estiantes se manifestaban en aquel agujero sin salida por donde escapar y la policía mejicana los balaceó. Estuvo entre los muertos, una proyectil se alojó en su espalda junto a la columna y la hirió gravemente, tardó meses en dejar la silla de ruedas.
No ha pasado más que un lustro y ya es la conciencia del nuevo siglo XXI, con su violencia verbal para defender sus principios, en su lucha por la libertad, nos avisó que está tocando a su fin y Occidente entra en eclipse total. El terrorismo islámico es sólo un rostro, un aspecto de la estrategia adoptada en tiempos de Jomeini para poner en marcha la ofensiva global del Despertar del Islam.Un despertar que, una vez más, pretende acabar con Occidente, su cultura, sus principios y sus valores. Su libertad y su demacracia. Su cristianismo y su laicismo.
