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miércoles
oct112006

¡Oh capitán, mi capitán!

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     El PSOE le promocionó para la Alcaldía, pero a la vista de las encuestas Francisco Toledo prefirió renovar su Rectorado en la UJI. Fue el único que se presentó, la elección no era dudosa. Continúa su fecunda labor, pastoreando 13.000 alumnos y más de mil profesores en el progresismo y el catalanismo. Quien se aparta de esas doctrinas puede ser privado de becas y ayudas, condenado al ostracismo.

     Ahora lleva días muy nervioso, en la solemne apertura del curso, en presencia de Francisco Camps, argumentó con pasión contra la creación de la Universidad Internacional de Valencia, por no ser exclusiva de Castellón y porque sus títulos ya los expiden otras Universidades comunitarias y lo prohibe el Decreto de 55/2005. Ese Decreto no habla de eso. Además, sus dineros bien le vendrían a la UJI. Alega que habla por los cinco Rectores de la Comunidad. Ha seguido su campaña en la prensa y lanzado en su apoyo a estudiantes y sindicalistas idealizados en su línea. Toledo piensa que su UJI perderá la exclusividad y no todos los alumnos de Castellón serán alimentados en el progresismo y catalanismo, como ahora. Pero no todos están contentos, muchos sólo guardan el silencio de los corderos, para no sufrir la muerte universitaria. Sus razonamientos administrativos son superables, si un Decreto no tiende al bien general debe cambiase y, por otra parte, la Universidad es algo más que un estanco donde adquirir títulos, su función esencial consiste en que profesores y tutores formen a los alumnos. Muchos quieren que les enseñen a ser libres y a pensar por si mismos, estén matriculados en Derecho, Medicina, Ingeniería, Filosofía o cualquier otra materia. Un universitario que no sea libre y dispuesto a poner a trabajar su inteligencia y desarrollar su personalidad, no es un universitario, sólo es un titulado.

     El científico más reconocido de esta Comunidad es Santiago Grisolía, que debe su prestigio, tanto a su labor personal, como al haberse formado en la Universidad de Nueva York con el Premio Nóbel Severo Ochoa. Aunque, en ocasiones, las Universidades están en decadencia como la Sorbona a principio del Siglo XVI cuando Fray Francisco de Vitoria estuvo en ella. Dicen que se formó en reacción con el ambiente. Lo que no le impidió sentar las bases del Derecho Internacional Moderno.

     Los ciudadanos que carecen de una disponibilidad sustanciosa de dinero eligen Colegio y Universidad sólo cuando pueden. No piensan en el título que les expedirán, sino en quienes serán sus profesores, los de sus hijos y los de sus nietos; cuál será la formación que como colegiales y universitarios van a recibir. La libertad de elección de profesores exige que en Castellón, además de la UJI que tantos titulados ha dado a esta provincia, se pueda optar por otras Universidades, donde proporcionen formación liberal y fomenten el espíritu independiente y creador de cada alumno. Lo que no conseguirán si acuden a la UJI, a no ser que se formen en reacción con el ambiente.

     Recordad la escena final de la película “El Club de los poetas muertos”. Los alumnos, con desprecio de las normas de lo políticamente correcto que quieren imponerles, se plantan sobre los pupitres y saludan al profesor que acaba de ser despedido por enseñarles a ser libres, a crear, a sacar lo que llevan dentro, a ser auténticos hombres, y lo saludan con el famoso verso de Walt Whitman “¡Oh Capitán, mi Capitán!”.

10 de Octubre del 2006, Diario "Maditerráneo".

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