Felicidades Don Santiago

Stalin estaba satisfecho de que se hubiera encomendado la liquidación de los 5000 presos políticos que había en las cárceles de Madrid, cuando se acercaban las tropas de Franco, al joven Santiago Carrillo, ejemplo de temple stalinista. Al llegar a Paracuellos, todos fueron asesinados. 300 no eran presos políticos, solo eran niños. A Jesús Monzón, antiguo gobernador de Castellón, comunista, organizador del ataque de los maquis al Valle d’Aran en 1944, le ordenó volver a Francia para liquidarlo. Se escondió en Barcelona, fue apresado, cumplió diez años de cárcel y se exiló en Méjico. A su principal colaborador Trilla, le envió un comando para que lo matara. Era inflexible. “Quien se enfrenta al partido, es tratado como un peligro”.
Carrillo no luchaba por la libertad. Lo que pretendía era convertirnos en un satélite de la URSS, como Rumania o Bulgaria. Pero el tiempo pasa, llegó la Transición y cumplió, enterró el recuerdo de la guerra, contribuyó a construir la democracia, apoyó la Constitución, que ha traído más de 25 años de convivencia pacífica. Al igual que Suárez legalizó el Partido Comunista, él cumplió con la Constitución y pasó página. La guerra quedó en el pasado, hay que trabajar para el porvenir. Muchos, que venían del puro franquismo, como Cebrián, Fernández de la Vega, Conde Bandrés, Martín Villa, Belloch, hoy instalados en otras ideas, acudieron a la fiesta sorpresa del 90 cumpleaños de Santiago Carrillo. También el hijo de Suárez en representación de su padre. Hay que felicitar a Don Santiago doblemente, por haber cumplido 90 años, hazaña para un empedernido fumador, y por haber pasado página, por haber enterrado la guerra y mirar al futuro de España.
Allí estaba Gregorio Peces-Barba, demócrata-cristiano, luego en izquierda democrática, por fin, socialista, abogado defensor del etarra Víctor Aranda en el proceso de Burgos, 1.970, ante el Tribunal de Orden Público, Diputado, uno de los padres de la Constitución y Rector de la Universidad Carlos III desde 1.989. Cuando Tejero entró en el Congreso ¡todos a tierra! permanecieron sentados Santiago Carrillo y Adolfo Suárez. Gutiérrez Mellado se enfrentó a aquellos vándalos con tricornio. Los que más tardaron en levantarse fueron Felipe González y Alfonso Guerra, sobre ellos había caído Peces-Barba con todos sus kilos, una mole enorme. Ahora Peces-Barba ha adelgazado, eso a que obligan los médicos para fastidiar y que la gente parezca más vieja de lo que es. Al perder sus carnes, tal vez, ha perdido el humor. ZP lo ha nombrado Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, donde realiza una gran labor, dividiéndolos con eficacia. De una parte, unas pocas víctimas del 11-M, que dirige la manipuladora Pilar Manjón, cuya asociación recibe la visita y las atenciones de ZP. De otra parte, la AVT de José Alcaraz, con el mayor número de víctimas asociadas del 11-M y las del terrorismo etarra, y la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M que preside María Ángeles Domínguez, a estas dos ni caso.
En ese juego de desenterrar el pasado, está Gregorio Peces-Barba. Al felicitar a Carrillo, aludió a que “aquí estamos los buenos, los menos buenos, y faltan los malos”. Hombres como Carrillo o como Martín Villa y tantos otros, enterraron el pasado, crearon la Constitución y enseñaron a España a mirar hacía adelante. Peces-Barba perdió los papeles y, al aire de la sonrisita engañosa de ZP, le siguió el juego, tratando de dividir a los españoles. A un lado los buenos y menos buenos y al otro los malos.
Usar calificativos para dividir a los españoles, no es lo que se pactó en la Transición; y quien trate de romperla es un traidor a España. Abrir viejas brechas, abrir viejas tumbas, es una infamia cainita, algo que una persona con sentido común, aunque con un pasado, tal vez, más odioso que el de Peces-Barba, no se atrevería a hacer nunca. Felicidades Don Santiago.
29 de marzo de 2.005, Diario "El Mediterraneo".
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