Sopa de ganso

    

     En argot significa “algo fácil de hacer”, pero la película resultó complicada. Aunque en un principio no entusiasmó, con el tiempo está considerada obra maestra del cine cómico. Leo McCarey dirigió en ella a los Hermanos Marx, no confundir con Don Carlos, el inspirador del comunismo, del cual aún no estamos repuestos unos y ni curados otros, a pesar de que existen vacunas y tratamientos. A saber: como prevención, lo más eficaz es la libertad; y como cura, dosis masivas de libertad. Algunos preconizan como solución el transplante de cerebro, pero hasta ahora no ha tenido éxito por el rechazo que causa la nostalgia de la tiranía. Para muchos es la mejor película de los Hermanos Marx, donde divierten con un continuo amasijo de gags, muchos improvisados y todos incoherentes. En 1933 toda rechifla política se pensaba que era una crítica a las potencias fascistas, pero sirve para ridiculizar cualquier despotismo, del color que sea. Aunque sea rojo y se enfade Marina, que tiene menos aplomo que la santa de su nombre, la joven gallega que a los 20 años sufrió martirio, en el año 139, por no abjurar de su fe cristiana. Volviendo a la película hay que recordar la famosísima y ya clásica, escena del espejo: Harpo se disfraza de Groucho e intenta convencerle que lo que ve es su propia imagen reflejada en un espejo inexistente.

     Vuelve a estar de moda en Castellón que algunos traten de hacernos ver lo que no existe y contarnos además sus maravillas; mientras otros están hechizados por las hadas del bosque y convierten, al que pasa cerca, en pollino, aunque con menos gracia que Apuleyo en su “Asno dorado”, con menos ingenio que Shakespeare en “El Sueño de una noche de verano” y con menos ternura que nuestro Premio Nóbel Juan Ramón Jiménez en “Platero y yo”. Mi artículo del día 11 pasado fue contestado con brevedad y educación, en tres ocasiones, por medio del CONTESTADOR. Hay lectores que coleccionan mis artículos, muchos los esperan con avidez y, por supuesto, a otros no les resultan de su agrado. A todos agradezco que los lean. El del pasado día 19 ha provocado una extensa CARTA AL DIRECTOR, donde me ponen a caldo, en base a datos sobre mi persona y actividades que son todos falsos. Reto a la autora de la carta que demuestre los hechos que me atribuye. La ignorancia es muy atrevida y la irresponsabilidad muy grave. Trata de insultarme y descalificarme, siguiendo el conocido sistema comunista. En mi derecho está ejercer acciones legales por tanta infamia. Pero lo importante para el lector es que titula la carta “Réplica a Wenley Palacios” y no desmiente ninguno de los hechos que relato en mis artículos. Porque no le gustan, pone las patas en alto, sin desanudarse el pañuelo palestino del cuello. Argumentos ninguno. Sus intenciones son claras, el propósito de la sopa de letras, que remueve con su cazo, EU + BLOC + VERDS + EE+ IR, según dice, es regenerar la democracia, posiblemente añadirle lo de “popular” como hacía el padrecido Stalin, pero más abajo se delata: a gente, como al que abajo firma, “hem propostat extirpar de Castelló.” ¿Cómo nos extirpará? ¿Nos desterrará o nos dará el “paseo?” Su camarada Leire Almeda publicó en Internet: “quiero que Fraga se muera, quiero un infarto para Esperanza Aguirre, quiero que el Decano (de su Universidad) se parta la crisma”. No han cambiado nada desde 1933. Parecen jóvenes, pero son ancianas con ideas caducadas. Su mala leche ya no asusta a nadie, aunque la sopas de letras sea fácil de hacer como la sopa de ganso.

2 de enero de 2007, Diario  "Mediterráneo".