En la conciencia de occidente
En el mundo civilizado José María Aznar tiene el prestigio que se merece. Es una de las voces a la que se escucha porque expresa las esencias de nuestra civilización. Ayer en el Hudson Institute de Washington dejó clara su opinión contraria a que el Papa pida perdón y añadió que puestos apedir perdón el Islam debería hacerlo por haberse impuesto en la Península Ibérica mediante la fuerza durante ocho siglos. Afirmó que la Alianza de Civilizaciones es una estupidez. Tiene toda la razón.
Los rojos y los nazis separatistas, esos que pactaron el otro día impedir que el PP investigue en el Congreso de Diputados sobre el 11 M para no contaminar al Parlamento, han puesto el grito en el cielo. Zaplana ha pedido respeto para la libertad de expresión del expresidente. Siempre lo mismo, escusas, salirse por la tangente, no decir la verdad, apuntarse al relativismo que desde el primer día de su pontificado ha condenado Benedicto XVI.
Hay que decir la verdad y al que le pique que se rasque. La Alianza de Mamelucos es una memez y no hay que tener miedo de decirles a los islamistas que sobran en nuestras tierras, que aquí no pueden imponer una civilización que nos niega nuestros derechos humanos cuando vamos a sus paises, porque acabarán negándonos esos mismnos derechos aquí, tarde o temprano. No hay que pedir perdón por decir que en nombre de su Dios no puede justificar la extensión de su fe mediante la violencia. Aunque lo hayan hecho siempre. Estamos en el siglo XXI y deben adecuar la interpretación de sus creencias a los adelantos que otras religiones han alcanzado en orden a condenar la violencia religiosa.
Reader Comments (1)
vivimos en occidente la religión mahometana tiende a ocupar el espacio protagonista dejado por el cristianismo, a semejanza de los virus que se instalan y destruyen un cuerpo que se quedó sin sus defensas. Debemos consisderar seriamente la amenaza que estos hijos de... Alá
suponen y decidir por nuestra propia supervivencia, reevindicando y retornando a la tradición que conforma nuestra esencia como pueblo, o sucumbir y esta vez para siempre.
Digamos NO a esta invasión silenciosa.