EL BELÉN DEL AÑO UNO

Jesús nació de una pobre chiquilla de la aldea de Nazaret, que ni figuraba en los mapas. Dio a luz en los extramuros de la gran ciudad de Jerusalen, sobre el estiércol de un establo de Belén, solo apto para dar cobijo a un mulo y a un toro. Los Magos de Oriente perdieron el rastro de la estrella y preguntaron al Rey Herodes. Cuando volvieron a encontrar el camino que señalaba la estrella, hallaron un paupérrimo pesebre y haciéndose un sitio entre los dos animales, a los padres acunando al recién nacido. Nadie supo de su nacimiento, los angeles sólo avisaron a los humildes pastores. Siendo aún de pañales, ante la persecución de inocentes que desató Herodes, cuando supo por los Magos que había nacido el Rey de Israel, sus padres se lo llevaron a Egipto, convirtiéndole en un inmigrante sin papeles al que miraban por encima del hombro, con desprecio, los nativos del valle del Nilo que desarrollaban una importante cultura desde hacía milenios. El mismo desprecio que reciben de nosotros los subsaharianos que buscan su porvenir tras nuestras costas. La historia de Jesús empieza como la de cualquier ser humano, cuando es un niño muy pobre. La belleza de los belenes, la alegría de los villancicos, los regalos y los pantagruélicas comilonas con que recordamos el nacimiento de Jesús, no tiene nada que ver con lo que vieron aquel niño y sus padres. Estamos acostumbrados a las leyendas que nos han ido contando, poco fieles a lo que narran los Evangelios. No me imagino a Jesús apareciendo por el recodo de un camino de Palestina con un báculo dorado en la mano y una mitra persa en la cabeza. Con todos los respetos, nuestros obispos llevan un uniforme poco apropiado con la vida que vivió Jesús en la pobre y polvorienta Galilea. No olvidemos que aunque era Hijo de Dios, el Mesias, no quiso alardear de ello mientras vivió como un hombre. Cuando Juan el Bautista pidió a sus discípulos que le preguntaran “si era el que ha de venir o debemos esperar a otro”, contestó: “los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los pobres y dichoso aquel que no halle escándalo en mi”. Era un hombre sencillo que vivía humildemente como vivían sus paisanos. Nos enseñó a rezar el Padre Nuestro y comunicarnos con Dios. Para orar no iba al Templo, se retiraba en soledad y en silencio a un huerto o al desierto, para que nadie le distrajera.
Hoy la gente no cree menos que en otros tiempos, ni reza menos, otra cosa es que no vaya a las iglesias y que los curas hayan perdido clientela. Cuando un futbolista salta al campo y se santigua, reza. Cuando mete un gol y se lo dedica a un familiar o al amigo muerto y mirando al cielo le brinda el gol, reza. Cuando una mujer masculla tres Ave Marías, el tiempo justo para cocer un huevo, reza. Cuando ante una desgracia, en medio de los suspiros, se oye decir ¡ay Dios Mio! a alguien, reza. Hay un sinfín de momentos en que hombres y mujeres, jóvenes y viejos, miran aunque sea de lejos a Jesús y le invocan o le envían un saludo o una palabra de cariño. Están rezando profundamente porque Dios a cambio de la salvación, solamente nos pide una pequeña señal de amor, digo pequeña porque ningún hombre es capaz de darla en la mayor dimensión que Dios se merece.
Esa manera de leer el Evangelio, que nos enseñó el libro “Jesús. Aproximación Histórica” de José Antonio Pagola, ha sido duramente criticada, pero el Cardenal Geanfraco Ravassi, algo así como el Ministro de Cultura del Vaticano, lo ha elogiado, como “fuente de encuentro de muchísimos con el verdadero rostro de Jesús” “La mejor forma de guiar al lector no técnico”.
28 de diciembre de 2010, Diario "Mediterráneo".
Reader Comments (1)
Hay que definirse en el territorio que aún se denomina España,y llamar al pan pan y al vino, vino, los que todavía pensamos que esto puede tener remedio y dejarnos de historias y abrir los ojos viendo la viga tanto en el ojo ajeno como en el propio.
Que hay mucho hijo de la gran ... bretaña, entre las gentes que nos manipulan ( tanto los de un pelaje como los de otro ) y que no les importa el prójimo, si no es para joderlo todo lo que puedan, pero deberían de recordar que el prójimo tiene un límite y se están acercando peligrosamente al mismo.
Los impuestos con que nos atosigan, sobre todo a los más humildes, para despilfarrarlos en gilipolleces y aumentar su poder serán el arma que les llevará a su fin.
El indígena de estas tierras al igual que en otros tiempos iba delante de los curas con una vela, que al poco tiempo detrás con un palo, a estas alturas del cuento, si cambiamos lo de cura por político profesional veremos un fiel retrato de las gentes superputeadas por estos delincuentes institucionales.
Y no estaría de más que recordaran que cuando el pueblo se desmanda,...puede ocurrir de todo desde lo que pasó con nuestros abuelos, que se dedicaron ( los muy analfabetos ) a darse leña entre sí en el 36 o acercándonos más a nuestros tiempos, el tratamiento que les dieron a Mussolini o a Ceaucescu sus coleguillas, o cómo quedó la ex-jugoeslavia que habia amalgamado Tito con gran esfuerzo cuando los Taifas creados por ciertos poderes fácticos se desmandaron.
Aquí se han creado otros Taifas semejantes y espero que no acabemos como nuestro vecinos del Adriático.
No quiero dar un tono de desánimo a quienes me lean, sino tido lo contrario
Y respecto al señor tan admirado por su libro polémico, al parecer, el madurar con los años, le ha hecho cambiar bastante de dirección de cuando estaba a las órdenes del ¿ sinvergüenza ? por no decir lo que verdaderamente siento del colaborador de asesinos, el fulano llamado Setién, que tanto daño ha hecho a la Iglesia Vasca.
Felices Fiestas y ánimo fuerte para enfrentarse al 2011.