Clases de religión

     Doña Herminia, vivía en la Calle Mealla, con su hermana, huérfanas de un maestro. Enseñó a Don Bernardino a leer y escribir y la tabla de multiplicar en plena Guerra Civil, 1.937. Luego recibió clases de la Señorita Fabra y de Don José Sanchís en el Colegio Cervantes y en verano repasaba las matemáticas un mes con la señorita Fabra. Con 10 años, hizo el examen de ingreso en el Instituto Ribalta, dominaba qué palabras había que escribir con “h”, con “b” o con “g” y sabía resolver quebrados y raíces cuadradas. Los antiguos maestros enseñaban geografía, historia y literatura españolas en el Bachiller, de los 11 a los 18 años. Le enseñaron que el Río Ebro es el más largo de España, nace en Reinosa (Santander) pasa por Logroño y por Zaragoza y desemboca por Tortosa en el Mediterráneo. Hoy la Generalitat de Barcelona enseña a los niños que el Ebro es un “río catalán, que nace en tierras extrañas y desemboca en el mar Mediterráneo por un delta”.

     Ya no se habla de los Reyes Católicos. No es políticamente correcto hablar de reyes, ni de católicos, ni de la unidad de España que lograron. Tampoco se habla de la colonización de América. Dicen que los españoles destruyeron sus civilizaciones, cuando llevaban varios siglos de máxima decadencia, se comían a los enemigos. No todas las civilizaciones son iguales, la civilización auténtica es la occidental, resultado de la griega y la romana, impregnada de cristianismo, la que ha hecho posible el reconocimiento de los derechos humanos. Es la que los españoles llevaron a América, los portugueses a Brasil y los ingleses a Norteamérica, Canadá y a Australia. No tiene nada que ver con la musulmana, ni con otras, porque éstas no alcanzan los principios básicos de la civilización occidental. Alejandro Magno preguntaba a su padre, Filippo, Rey de Macedonia, cómo, habiendo vencido a los griegos, quería le educasen Aristóteles y Fidias. “Quiero que aprendas lo que es un hombre, el valor de la palabra dada, de la libertad”, y esbozó los principios en los que se basa la civilización occidental.

     Por destruir que no quede. Hoy, la autoridad dentro de las aulas ha desaparecido, no se puede reñir al alumno, ni castigar, ni repetir curso. Puede hacer lo que le dé la gana. Así funciona la educación. Ahora, no saben los ríos de España, ni sus sistemas montañosos, ni qué pasó en la Reconquista, ni se puede hablar de Carlos I, ni de Felipe II, ni de Hernán Cortés. La nueva moda se nota muchísimo en los programas de las televisiones públicas y privadas: meterse con la religión, desprestigiarla y desmontarla. Un día en El Palmeral le decía a Don Bernardino el Mosén: “No creo que el demonio tenga rabo ni cuernos, pero, sin duda, el Mal es real. Su gran éxito ha sido que se extienda la idea de que Dios no existe”. Por todos los medios se quiere eliminar la religión y ahora toca a las escuelas. A muchos les parece mal que el Príncipe y Doña Letizia se casen por la Iglesia, quieren que vayan al Ayuntamiento a apuntarse, como hacen la parejas de hecho. Si hay que arremeter contra el Obispo, arremeten contra él, sin importarles un pito lo que realmente piensa, ignorando que es un hombre de talante moderno, fiel a las enseñanzas del Vaticano II, que predica cómo la Redención de Jesucristo es lo único que nos salva a todos. A los que le atacan también, aunque no quieran y presuman de que en España ya no hay católicos. Así lo dijo Azaña y al día siguiente la mayoría de las mujeres españolas salieron a la calle con un crucifijo prendido en sus vestidos. Hoy la gente no está por esos gestos, pero bautiza a los hijos, se casa por la Iglesia y sus funerales se celebran en élla. A Fernando Trueba, oscarizado director de cine, en un programa de televisión, le preguntaban: “Ud. dice que solo cree en Willy Wilder”. “Es cierto”. “Pues debe ser ateo” y contestó: “un momento, ateos puros no hay, porque cuando van en un avión y empieza a pegar saltos, ateos o no, todos juntan las manos y rezan”.

16 de mayo de 2.004, Diario "El Mediterraneo".

Taifas. La destrucción de España

     Tarik atravesó el estrecho con sus beréberes y en Guadalete, 711, derrotó y dió muerte a Don Rodrigo, último rey visigodo. Como una mancha de aceite se extendieron por el país, escasamente poblado, donde durante años, procedentes de África, se habían asentado muchos musulmanes en la península. Don Pelayo en Covadonga y otros Condes desde los montes cántabros y el Pirineo establecieron la resistencia, mal avenidos y con frecuencia peleando entre sí. Al sur, los invasores se afianzaron bajo un poder único. Con Abderramán III alcanzaron su esplendor. Se proclamó Califa, 912, pacificó sus territorios, se relacionó con los Imperios bizantino y germánico y construyó Medina Azahara. Le sucedió su hijo Al-Hakam II, 961, durante quince años. Su nieto Hisham II era un niño y ejercía el poder Almanzor, quien, tras arrasar el Monasterio de San Millán de la Cogolla, 1.002, murió y “fue sepultado en los infiernos”. Siete años después, al morir su hijo, el régimen amirí dejó de existir. El Califato se fragmento en 25 taifas (banderías) y aunque reprimidos por los almorávides y, un siglo más tarde, por los almohades, se impusieron los pequeños reinos de taifas que, luchando entre sí, se fueron debilitando. Solo quedó Granada. Los Reyes Católicos, tras aunar todos los reinos cristianos, decidieron incorporar tan bella fruta al escudo de España. Ahí permanece.

     El tripartito que gobierna España, tiene en manos de Carod-Rovira, la descomposición de España. De momento, quiere desintegrar el sistema económico de recaudación, pero sus fines los explica constantemente: abolir la monarquía parlamentaria e independizar Cataluña, al compás del País Vasco. Cuando se habla de reformar Estatutos, nadie quiere ser menos, Andalucía está dispuesta a ser una autonomía tan de primera como otra. Todos los reyezuelos autonómicos quieren su taifa, donde perpetuarse con una obra faraónica.

     Pensé, ha habido una desgracia cuando vi un coche negro parar a la puerta de la Moncloa y descender a un hombre totalmente vestido de negro, como de la funeraria. ¡Era Llamazares!. Cuando salió se agarró al atril y dió su versión de la retirada de las tropas de Iraq. Se lo había prometido Zapatero, en el discurso de investidura. El funerario lleva la política exterior: patada a Norteamérica, a los ingleses y a los otros 27 países que están ayudando en Iraq, entre ellos varios europeos, más de la mitad de los 25 que el 1 de mayo pertenecerán a la UE Y bajada de pantalones, con dulce sonrisa, ante Francia. Ya tiene Chirac prometida su Constitución Europea, donde ha metido la excepción cultural en beneficio de la francesa, término que para él equivale a europea, y se le ha despejado su protectorado sobre el moro. La tradicional política sobre el Sahara ¡a paseo!. En las arenas del desierto hay fosfatos y en la plataforma continental, por la que se extiende África por debajo del mar, frente a las costas del Sahara, hay una inmensa bolsa de petróleo. Todo para el moro, protegido por Francia. El funerario ha conseguido que consumemos todas las traiciones. ¡Tanto que Felipe González defendía a los polisarios!

     El funerario, con sus cinco diputados, está a punto de destruir el país y la democracia, como quiere su camarada, José Saramago, que en su reciente libro “Ensayo sobre la lucidez”, arremete contra el sistema democrático, porque solo permite la alternancia de partidos, pero no destruye al poder económico. No le gusta la libertad de empresa que consagra el artículo 38 de la Constitución Española. Prefiere su sistema comunista.

     En su ayuda, el otro socio del tripartito, Carod con ocho diputados, también está empeñado en romper España. Estos son los verdaderos gobernantes, porque el Presidente del Gobierno no está dispuesto a que le falten esos votos y perder el sillón. España le importa un bledo.

2 de mayo de 2.004, Diario "El Mediterraneo".

La muerte de Oswald. Segunda parte

     El 24.11.1963 Juan bajaba de Traiguera con su padre en el seiscientos. Pararon en la Gasolinera Batra, en Benicarló. El telediario mostraba el asesinato de Lee Harvey Oswald, quien supuestamente asesinó, dos días antes, al Presidente John F. Kennedy en Dallas (Texas). Oswald, esposado, entre varios policías, dentro de la comisaría, recibió a bocajarro los tiros de Jack Ruby, mafioso de poca monta, con los días contados, pues padecía cáncer terminal. La comisión investigadora del Presidente del Tribunal Supremo, Earl Warren, lo dejó todo como estaba. Un único magnicida Oswald y un único asesino de éste, Ruby. Desde entonces en las investigaciones de la CIA y del FBI, en las encuestas judiciales, en los ensayos, novelas y películas, nadie está conforme con las conclusiones de los demás. Los datos no cuadran. El padre de Juan, como el resto del mundo, no supo lo que realmente pasó. Decían que era cosa del FBI, de la mafia, del lobby del acero. Todo conjeturas, respuestas ninguna. Tal vez, fue solo idea de Oswald matar a Kennedy, pero el padre de Juan, nunca comprendió lo que vio en el televisor del comedor de Batra. Cómo es posible que Rudy matara a un indefenso Oswald, convenientemente esposado, entre policías dentro de una comisaría.

     La voladura y muerte de 191 personas, 40 años después, el 11-M, ha facilitado un vuelco electoral. Sin decir que no es legítimo el resultado, la votación no fue democrática. Mucha gente no votó con libertad. Los votos del 14-M no fueron fruto del sosiego, de la necesaria meditación del preceptivo día de reflexión. Sabemos quienes pusieron e hicieron explotar las mochilas. Hay abiertos sumarios, como en el magnicio de Texas. Tenemos una explicación oficial, pero no lo sabemos todo.

     Don Bernardino tomó la palabra después de escuchar atentamente a Juan el relato que éste tantas veces había oído a su padre. “Los datos nos los proporcionan los periódicos y los telediarios, los razonamientos los podemos hacer nosotros. Preguntar quienes se beneficiaron: Rodríguez Zapatero y sus amigos de PRISA. Las encuestas internas de los partidos, daban a Rajoy como ganador, lo dijo Felipe González con la única esperanza de que no ganara por mayoría absoluta. También se han beneficiado Al Qaeda, Francia y Marruecos. Cuando el moro exija “cosas”, Francia mirará a otro lado, como en el caso de Perejil y Norteamérica no nos sacará del problema como entonces. Puede que mis reflexiones solo sean consecuencias de lo que realmente pasó. La pregunta clave es la misma que en el caso Kennedy, seguimos sin saber quién pagó a Ruby. Nos hemos quedado sin saber quien pagó a los islamistas y por qué murieron en Leganés, sin que los geos hubieran llamado a un intérprete y a un psicólogo, sin esperar la noche y sin seguir el protocolo establecido para estos casos. Por qué atacaron cuando los tenían cercados y el edificio vacío de otros ocupantes. Tres días antes del 11-M Rodríguez Zapatero estaba de campaña en su avión y le entrevistó un canal de televisión: “anoche tuve un presentimiento, como el día antes de ganar en el Congreso del PSOE, sé que voy a ganar las elecciones”. MEDITERRÁNEO abrió al día siguiente con un magnífico titular: “Zapatero tiene un sueño”. Inteligente alusión del sueño de futuro de Martín Luther King, asesinado en 1.968, en su lucha por los derechos civiles. Zapatero está vivito y coleando. Tuvo un sueño premonitorio. Tal vez, era más que un sueño. ¿Quién sabe?.

     Kennedy se graduó con la tesis: “¿Por qué dormía Inglaterra?” ante el expansionismo nazi, que toleraba Chamberlain, mientras todos criticaban a Churchill, que poco después, con su empeño, salvó a Europa con la ayuda desinteresada, dinero y sangre, de los americanos. El propio Kennedy estuvo en la guerra como voluntario. El ideal es la libertad, la paz solo es su consecuencia. Aquí tuvimos 40 años de paz, pero sin libertad. ¿Se acuerdan?

25 de abril de 2.004, Diario "El Mediterraneo".

John Kerry. Católico con problemas

     Metodio a punto de cantar misa lo dejó, habló con su tía Rosario María de las Flores y se vino a España. En El Palmeral medita en contacto con la naturaleza y trabaja para Juan en su finca. Fue con los amigos de éste a la masía de Don Bernardino, en Peñagolosa, a celebrar La Pascua. La parrillada fue el plato fuerte y los que no sestearon, le oyeron: -“Los Papas utilizaban la excomunión para tener a raya a todo el mundo, incluso a los poderosos. Enrique IV del Sacro Imperio Romano, por un conflicto político, fue excomulgado. Quedaba excluido de los sacramentos y del cielo prometido; además, nobles y vasallos, se veían libres del juramento de fidelidad al Emperador. Éste y su joven esposa fueron hasta Canosa en el norte de Italia, en enero de 1.077, para pedir la absolución Gregorio VII. El Papa le hizo permanecer tres días en el patio del castillo, con traje de penitente, descalzo, soportando el frío y la nieve. Martín Lutero, teólogo agustino, entendió que la salvación sólo se debe a la redención y a partir de ahí sacó consecuencias. Cuando el dominico Tetzel predicaba las indulgencias, dinero a cambio de rebajas del tiempo de condena en El Purgatorio, la mitad para edificar la Basílica de San Pedro en Roma y la otra mitad para el Príncipe Hohenzollern, Lutero clavó, en la puerta de la Iglesia del Castillo de Wittenbarg, sus 95 tesis. El Papa trató de que se retractara, pero, fiel a lo que creía en conciencia, se mantuvo en ellas. Fue excomulgado".

     Después de otro carajillo con ron quemado, Metodio continuó: -“Los cardenales permanecen encerrados, hasta la designación del nuevo Papa, en el Cónclave. Las papeletas de cada votación las queman con paja seca o mojada y por la chimenea sale humo blanco o gris y el pueblo, desde fuera, sabe si ya hay Papa o no. En el Cónclave de 1.958, el 28 de octubre, salió por la chimenea humo blanquecino. En la Plaza de San Pedro la gente gritaba -“¡Tenemos Papa!”. El elegido tenía preparadas tres sotanas blancas de distintos tamaños. Revestido de blanco salió al balcón, donde se anunció al elegido: Cardenal Angel José Roncalli, Juan XXIII. Pocos minutos antes, los seminaristas que guardaban el Cónclave por fuera, oyeron como avanzaba el séquito del nuevo Papa hacía la puerta y, por las prisas en saber quien era, rompieron los sellos y la abrieron. El Cardenal Carmalengo se adelantó: -“estaís excomulgados”. El Papa Bueno alzó la mano: -“deja, deja, eso de las excomuniones ….”. Y allí se acabaron. Santo providencial, cuatro meses después convocó el Concilio, que pone al día a la Iglesia, cuando se aplique totalmente, como desea la mayor parte de la cristiandad. El Papa del amor al prójimo, entendió perfectamente el mensaje de Jesucristo. En 1.999 fue proclamada, de común acuerdo católicos y protestantes, la tesis de Lutero: el hombre se salva por la fe y el amor a Dios, no por las donaciones a la Iglesia, ni con bulas o indulgencias. Se le levantó la excomunión”. Don Bernardino salió de sus nubes: -“La pregunta es ¿cuándo entró en el cielo Lutero, en 1.546 cuando murió o en 1.999?”.

     Roberto, el sociata, está impuesto en política: -“el Senador por Boston, John Kerry, católico, candidato demócrata a la Presidencia de EE.UU., apoya la investigación científica con células embrionarias, admite la unión entre homosexuales, que las mujeres decidan sobre el aborto según sus creencias y fue protagonista de un segundo matrimonio no ajustado a las normas de la Iglesia. El Cardenal de Boston ha amenazado con negarle la comunión. Esta Pascua ha ido a comulgar a una parroquia de barrio de tinte progresista. El tema está en manos del Arzobispo de Washington McCarrick, quien cree, con una mayoría de Obispos, que pueden imponerse ciertas sanciones, pero no les gustaría utilizar la Eucaristía como sanción”-. Metodio cerró el asunto: -“comulgar no debe ser vetado a los que creen. La moral y las costumbres dependen del lugar y del tiempo, por ello son cambiantes las normas sobre ellas”.

18 de abril de 2.004, Diario "El Mediterraneo".

Nido de Vívoras

     Las puertas de las casas eran de madera y una de sus dos hojas estaba cerrada en señal de luto por la muerte de Jesús. Era Viernes Santo en los años 40. El día siguiente, Sábado de Gloria, a las 10 de la mañana volteaban las campanas por la Resurrección del Señor y los chicos por las calles hacían sonar sus carracas. Si algún portal aún permanecía medio cerrado lo aporreaban para que se abriera del todo, en señal de júbilo. Las costumbres y la liturgia han cambiado, hoy pertenecen a todos los días de Semana Santa las ruidosas tamboradas. En el Palmeral, continúan celebrando el Sábado de Gloria. Se reúnen los amigos alrededor de una buena comida, paella incluida, guisada sobre sarmientos secos, al aire libre. Juan este año ha invitado al Mosén, para comentar sus palabras sobre la Sangre de Cristo: “si una sola persona no se salva, una parte de la sangre de Cristo se habrá derramado inútilmente, de alguna manera la Crucifixión, Resurrección y Ascensión de Jesús es lo único que cuenta para la salvación de todos los hombres”. “Eso ya lo decía Lutero”, apuntó Metodio, el trabajador de Juan, sobrino de Rosario María de las Flores. “Así lo dice el último Concilio”, ratificó el cura.

     Don Bernardino abordó el tema candente de estos días: “hemos vivido un siglo XX dedicado a la interpretación materialista de la historia. El manifiesto comunista comienza diciendo: “la historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases”, pero, un siglo después, la actual es una guerra de religión. Antiguamente los ejércitos se plantaban en un paisaje amplio, ordenaban sus tropas y atacaban según la táctica de cada uno de los generales enfrentados. El siglo pasado, con dos guerras mundiales, masacraron ejércitos enteros y poblaciones, con técnicas nuevas. Primero los gases y la guerra de trincheras; luego la aviación, los submarinos y la bomba atómica. Actualmente, en la guerra de religión de los extremistas islámicos, atacan a Occidente en cualquier parte del mundo, con potentísimas cargas explosivas. Aprovechan nuestros aviones, trenes o lanchas motoras y las convierten en eficaces bombas en cuyas explosiones ellos se suicidan, esperando alcanzar un paraíso de jovencitas complacientes. Mientras, nos vemos cada vez más débiles y vulnerables. Las guerras preventivas son parcialmente eficaces y la vigilancia en los países occidentales solo da resultados también parciales.

     No pertenecen a un país determinado, los crean hombres como Ahmed Yassin, líder de Hamas, eliminado hace poco por los israelitas. Cuesta creer que haya quien hable de él como de un líder espiritual. Su única idea era atraer jóvenes que, con el señuelo del paraíso prometido, revientan sus cuerpos con la dinamita adosada, para causar la muerte de cuantos más infieles sea posible, tanto judíos como cristianos. Otro fabricante de asesinos es el clérigo shií Naktada Al Sadr, sospechoso de haber eliminado al religioso, también shií, Alí Al Sistani, partidario de que los clérigos se dediquen a la espiritualidad y no a las soflamas religiosas de los viernes en la mezquita. Naktada está levantando en Iraq una revuelta que posiblemente acabará en guerra civil.

     La invasión de musulmanes en Europa y otras partes, en busca de trabajo para mejorar su vida, es captada por esos clérigos fanáticos, imanes sin más preparación que conocimientos superficiales del Corán. Ellos los “amparan”, pues se sienten lejos de su país de origen, donde no eran practicantes, ni observantes de la mayoría de los preceptos del islam, y los incendian, los convierten en serpientes. A esos nidos de víboras hay que llevar la guerra, aunque sea individualmente, uno por uno, como se ha hecho con ETA y cortar el grifo de quienes les subvencionan generosamente con petrodólares.

11 de abril de 2.004, Diario "El Mediterraneo".